España empató en el descuento ante Países Bajos
El gol de Mikel Merino en el 93 fue como un rayo de sol en medio de una tormenta. Con la selección española volcada, logró rescatar un empate que mantiene las esperanzas vivas para la vuelta frente a Países Bajos en los cuartos de final de la Nations League, que se jugarán este domingo. Un partido que, como bien dijo el legendario Jack Dempsey, nos recuerda que un campeón es aquel que se levanta tras una caída.

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Luces y sombras del encuentro
Sin embargo, el camino hacia el empate no estuvo exento de dificultades. La lesión de Pau Cubarsí, que tuvo que retirarse en el minuto 40, generó preocupación entre los aficionados. Su sustitución por el debutante Dean Huijsen dejó la defensa con más incertidumbres, mientras que Ayoze Pérez, quien vio cartulina amarilla, deberá cumplir sanción, desdibujando aún más las opciones de Luis de la Fuente.
Un inicio prometedor
El partido comenzó de la mejor manera posible para la selección española. En medio del clásico tanteo de los primeros minutos, emergió la figura de Lamine Yamal, quien, a sus jóvenes 16 años, superó expectativas al recuperar un balón en la banda derecha. Pasó a Pedri, que, con calma y visión, encontró a Nico Williams, y el canterano del Athletic Club no se hizo de rogar para abrir el marcador con una espectacular ruleta y un tiro que se coló en la red. Fue el canto de sirena de un equipo que destilaba esencia de campeón, recordando la Eurocopa conquistada en 2024.
Los inevitables cambios de rumbo
Desafortunadamente, esa efervescencia se evaporó con el paso del tiempo. Ronald Koeman, consciente del peligro que sus extremos representaban, implementó una táctica eficaz que consiguió desactivar el juego español. Dobló laterales en el costado derecho y comenzó a ganar terreno en zonas críticas, lo que permitió que Frimpong aprovechara su velocidad para desafiar a Cucurella en constantes uno contra uno, desarbolando la línea defensiva contraria.
El empate llegó de forma inesperada. Un robo de balón de Países Bajos y una jugada confusa dio lugar a que Reijnders asistiera a Cody Gakpo, quien, con una sutileza impresionante, marcó con el pie contrario desde el costado izquierdo, dejando a Unai Simón sin opciones. El marcador mostraba 1-1 y a partir de ese momento, los neerlandeses demostraron un superior dominio que dejaba a España en la cuerda floja.

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Reacción tardía de España
Poco antes de la reanudación, Pau Cubarsí tuvo que abandonar el terreno de juego, pero la segunda parte también traería sorpresas. A tan solo 45 segundos del pitido inicial, Países Bajos volvió a marcar. Una combinación magistral entre Reijnders y Frimpong desembocó en el segundo gol, convertida por el mediocampista del Milan con un certero derechazo que hizo vibrar las redes.
El inicio de la segunda mitad fue, sin duda, un duro golpe para una selección que parecía haber perdido su esencia. En esos instantes de desconcierto, Huijsen se convirtió en un faro para España, manejando el juego desde atrás y mostrando una personalidad sorprendente para un debutante. Junto a él, Nico Williams resurgió y, cada vez que la pelota se dirigía al flanco izquierdo, la afición albergaba la esperanza de un gol.
El golpe de efecto en el banquillo
Sin embargo, para Luis de la Fuente, los ajustes tácticos eran imperativos. Optó por realizar cambios drásticos, incorporando a Ayoze, Olmo y Oyarzabal en busca de una revulsión que, hasta ese momento, el partido no había ofrecido. La situación se torno favorable cuando Hato, en una falta imprudente, fue despedido con tarjeta roja, brindando a España una oportunidad dorada para reponerse.
El técnico español no perdió tiempo: en el minuto 84, Mikel Merino ingresó al campo. A pesar de haber negado que el jugador sería su delantero, el destino tejió su propia historia. Gracias a la inagotable energía de Nico Williams, Merino aprovechó un rebote y en un destello de lucidez, marcó el empate tan esperado en el minuto 93.
Un empate lleno de enseñanzas
El partido en De Kuip nos dejó una mezcla de emociones desenfrenadas: luces y sombras, momentos de desesperación y de alegría pura. Si España quiere seguir avanzando en la Nations League, deberá regresar a casa y dejar atrás este partido, aprendiendo de los errores y ajustando su estrategia. El desafío estará en Mestalla este domingo, donde la selección buscará reescribir su historia y reinvindicar su título de campeones.
La afición, que palpita con cada jugada, anhela que España no solo aprenda a levantarse, sino que vuelva a mostrar su mejor versión, la que tanto anhelan sus seguidores. Hoy, después de este empate agónico, se queda la moral intacta, porque un verdadero campeón nunca se rinde, incluso cuando las circunstancias juegan en su contra.
