Siempre Pablo Fernández. Renació al Nàstic en la ida y lo volvió a hacer en la vuelta. Ni las 30.000 almas que llenaban La Condomina intimidaron al delantero tarraconense. Con su gol, y un formidable ejercicio defensivo, el equipo de Luis César está en la final por el ascenso.

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Un Juego Valiente y Decidido
Los ‘granas’ desplegaron un estilo valiente, sin tapujos, sabiendo que necesitaban la victoria para avanzar. Sin embargo, fue el Murcia el que trajo más peligro en los minutos iniciales. Aunque no fueron situaciones de gran riesgo, Dani Rebollo tuvo que intervenir en un par de ocasiones para evitar complicaciones mayores. En el ataque, los tarraconenses mostraron buenas intenciones, pero faltaron combinaciones y disparos claros. El marcador al descanso, un empate a cero, era un resultado esperanzador visto lo acontecido.
La Resistencia del Nàstic
En la segunda mitad, el Murcia continuó dominando. El Nàstic, imperturbable, se mantuvo bien posicionado, sin pasar demasiados apuros. En uno de esos momentos insufribles sin oportunidades, Pablo Fernández realizó la hazaña: una rápida jugada de contragolpe entre los dos jugadores más desequilibrantes de los ‘granas’. Víctor Narro centró al segundo poste y Fernández selló el 0-1.
Celebración y Lágrimas
No fue la única ocasión en que el dúo casi marca, ya que poco después desaprovecharon otro contragolpe. El Murcia puso toda la carne en el asador hasta el final, animado por una afición que no dejó de apoyar, pero que terminó con lágrimas en los ojos ante la celebración de los tarraconenses. Fue una noche de emociones fuertes, como un carrusel impulsado por la pasión del fútbol.
