Lo que se esconde ejerce una atracción casi magnética de la que es difícil escapar. En el deporte, como en el cine de Hitchcock, lo que queda fuera de la vista a menudo resulta más interesante. Este principio es una de las claves del éxito televisivo de programas como El Día Después y su célebre sección Lo que el ojo no ve. En el mundo del fútbol, un tema que siempre ha despertado la curiosidad de los aficionados son los entresijos de los hoteles de concentración, donde se forjan muchas de las conexiones (o desacuerdos) esenciales en un equipo.
Treinta años después de debutar con el Real Madrid, Sandro Román ha roto su silencio en una entrevista que ha causado revuelo. Agradecido a Valdano por su ascenso, Sandro rememoró con ternura su llegada a la capital y reveló, entre risas, algunos de los secretos mejor guardados de las concentraciones del equipo merengue.
Los «Secretos de Alcoba» del Real Madrid de los 90
En el Real Madrid de los años 90, los jugadores solían compartir habitación, lo que generaba situaciones que, vistas en retrospectiva, son dignas de un guión cinematográfico. Sandro reveló: «En el Madrid aprendí que las cortinas deben cerrarse completamente». Aparentemente, fue el legendario Fernando Redondo quien le enseñó esta peculiar lección. «Era mi ídolo. ¡Imagínate dormir junto a él! No soportaba ni un rayo de luz; llegaba a poner esparadrapo en las ventanas para que no entra nada.»
«Le he visto poner esparadrapo en las ventanas» – SANDRO
Esta anécdota alimenta la leyenda del meticuloso Redondo. Pero no fue el único con manías. Tote recordaba cómo los veteranos, en particular Karanka, trataban de intimidar a los jóvenes: «Karanka me decía: ‘Vas a ver si te mueves…'».
Las Noches con el «Buitre»
Otra figura carismática de aquellas concentraciones era Emilio Butragueño. Aunque el «Buitre» estaba en su última temporada en el club, su aura seguía siendo imponente. Sandro recordó una noche en la que despertó inesperadamente: «Noté que alguien se movía en la habitación. ¡Era Butragueño haciendo yoga a la una de la madrugada!».
«¡Era Butragueño haciendo yoga a la una de la madrugada!» – SANDRO
Esta imagen del sereno Buitragueño contrasta con su firme disciplina. Sandro rememora otra anécdota: «En Albacete, él estaba estudiando algo y me dejó el mando de la televisión. Me regañó por hacer zapping: ‘Pues si no hay nada en la tele, venga, a dormir’. Y claro, me fui a dormir sin rechistar».
Un Joven Raúl en la Temida Concentración
Una de las historias más entrañables es la del debut de Raúl González Blanco. Logró debutar en el primer equipo del Real Madrid en La Romareda, Zaragoza, un 29 de octubre que quedó grabado en la historia del club. Sandro compartió cuarto con un joven Raúl que, nervioso por su debut, no podía dormir. «Encendí la luz y le pregunté: ‘¿Qué te pasa, Rulo?’. ‘Estoy muy nervioso’, me contestó. Le dije: ‘Es normal, no te preocupes, todo saldrá bien’.»
Un Paseo en la Madrugada
Antes del amanecer, Sandro y Raúl decidieron salir a pasear para calmar los nervios, un hecho inaudito en esa época. «Salimos por la puerta de atrás del hotel, algo nunca visto en el primer equipo.»
El Destino Marca Historia
Ese partido contra el Zaragoza terminó 2-2, pero destacó un impresionante debut de Raúl, que dejó una asistencia pese a errar varias ocasiones. Según Sandro: «Esa noche supe que Raúl sería el mejor».
Estas historias, llenas de humanidad y anécdotas, nos recuerdan que detrás de cada estrella del fútbol hay momentos que forjan su leyenda, a menudo ocultos en la sombra de las concentraciones y a veces tan fascinantes como el juego mismo.
El fútbol, al igual que la vida, está lleno de pequeños momentos que, años después, nos hacen reír, reflexionar y, sobre todo, añorar.
