El 5 de agosto de 2021, el mundo azulgrana se estremeció a las 19:35 horas. Una noticia como un rayo en un día claro sacudió a la afición: «Leo Messi no seguirá ligado al FC Barcelona». Así terminaba una historia que comenzó en el año 2000, cuando un joven prodigio argentino llegó a la Masia, el vivero de sueños catalán, con la ilusión en sus botas y la esperanza de un futuro brillante.

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Un Adiós Doloroso
Una despedida que nadie deseaba, como un gol en propia puerta en el último minuto. El FC Barcelona y Messi habían alcanzado un acuerdo, pero las números rojos de la entidad evitaron que la renovación se escribiera en el libro de la historia. La economía, ese jugador inesperado, les jugó una mala pasada. Fue una partida de ajedrez sin Rey.
El Intento de Permanecer
Como un gladiador en la arena, Messi luchó hasta el último segundo por seguir vistiendo la camiseta blaugrana. «Hice todo lo posible para quedarme», confesó con el corazón en la mano. El amor por el club que fue su hogar durante más de veinte años, un vínculo tan fuerte como un nudo marinero, se rompió de forma abrupta.
Cuatro Años de Recuerdos y Anhelos
Desde entonces, la herida sigue abierta en el corazón de los culés. Un mosaico de recuerdos de genialidades en el campo, noches mágicas en el Camp Nou, y esa zurda de oro que convirtió imposibles en rutinas, sigue grabado en la memoria colectiva. La afición anhela que un día, pueda regresar su hijo pródigo, aunque solo sea para recibir el aplauso que nunca tuvo tiempo de ofrecer. Así late aún el corazón culé, esperando un futuro reencuentro.
