El Atlético de Madrid mira al horizonte con ambición y esperanza. Entre los nombres que emergen como una estrella en la constelación de su radar de fichajes está el del joven y prometedor Álex Baena, centrocampista del Villarreal CF. A sus 23 años, Baena no es un mero peón en el tablero del Submarino Amarillo; es una auténtica joya que brilla con luz propia, como un faro en el tumultuoso océano del fútbol español. Su sobresaliente rendimiento en la última temporada ha despertado el interés de diversos gigantes europeos, y entre ellos, el Atlético se perfila como uno de los pretendientes más ardientes y decididos.
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El obstáculo: la cláusula de oro
No obstante, el camino hacia el talento de Baena está pavimentado de desafíos. El Villarreal ha sido tajante: no se sentarán a negociar a menos que se desencadene su cláusula de rescisión, fijada en un contundente 60 millones de euros. Este precio, una montaña de difícil escalada para muchos, representa una barrera que el Atlético de Madrid deberá evaluar con una calculadora en una mano y el coraje en la otra.
Mirando hacia el futuro
Y aunque el cerrojo es de hierro, el conjunto colchonero, como un estratega al que no se le doblan las rodillas, ya diseña planes de cara a la temporada 2025/26. Con tiempo por delante, Cocinando a fuego lento bajo las estrellas del Manzanares, buscan la receta perfecta para ajustar sus finanzas y abrir las puertas del Wanda Metropolitano a Baena. Como bien dice el refrán, «el que la sigue, la consigue», y los rojiblancos no son ajenos a esta máxima.
La táctica en el terreno de juego
En el campo, Baena es un maestro que teje el juego con la precisión de un relojero suizo. Se mueve con gracia y decisión, como un torero en plena faena, regateando adversarios y dibujando pases que cortarían el viento como una navaja caliente a través de la mantequilla. Su capacidad para orquestar el mediocampo no ha pasado desapercibida en la capital, donde sueñan con verle vestir la camiseta rojiblanca, creando magia en el césped del Metropolitano.
La afición espera, el club planea, y Baena continúa deslumbrando. La historia está lejos de escribirse, pero el primer capítulo promete emociones fuertes en el universo del fútbol español.