Nasser Al Khelaifi, presidente del París Saint Germain, está desbordado por los fracasos de los proyectos multimillonarios que tenían como objetivo la conquista de la Champions League. A pesar de contar con algunos de los mejores jugadores del mundo, como Messi o Neymar, Kylian Mbappé era la joya de la corona. A pesar de todos los esfuerzos para retenerlo, finalmente no lo logró.
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Luis Enrique cambia el juego
El sueño de Mbappé siempre fue vestir la camiseta del Real Madrid. Durante siete largos años, Al-Khelaifi trató de impedirlo con petrodólares, presiones y buscando el apoyo de figuras como Emmanuel Macron. Mbappé tuvo que soportar una «cárcel de oro» de la que finalmente logró escapar, aunque no sin sufrimiento, en un entorno dificultoso propiciado por el propio Al-Khelaifi. La llegada de Luis Enrique, capaz de revolucionar el equipo, fue un factor clave. Sin Mbappé, el asturiano llevó al PSG a la gloria europea.
“Le deseo lo mejor”
Tras conquistar la Champions, Mbappé felicitó a Al-Khelaifi, a pesar de las dificultades vividas en sus últimas temporadas en el club. Al-Khelaifi, en una inesperada muestra de sinceridad, reconoció sus errores e insistió en valorar los intentos fallidos de construir un equipo ganador exclusivamente con dinero.
“Quiero agradecer a todos los exjugadores, desde Pastore hasta Di María, por ser parte de nuestro éxito”, destacó. A pesar de todo, el conflicto entre Mbappé y el PSG continúa, con una disputa de 55 millones de euros aún en curso.
Esta historia de luchas épicas, sueños rotos y triunfos memorables es un claro recordatorio de que en el fútbol, como en la vida, el dinero no siempre compra el éxito. La pasión y el sacrificio, como siempre, tienen la última palabra.
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