La final de la Champions League elevó a Luis Enrique al olimpo del fútbol. En Múnich, el asturiano selló su segunda ‘Orejona’ y, con ello, un histórico Triplete -o cuadruplete, si sumamos la Supercopa francesa-. Diez años después del éxito con el Barça en 2015, entre alegrías y dificultades, Lucho ha demostrado al mundo que es un entrenador con mayúsculas. Sus conflictos con la prensa no empañan un trabajo que habla por sí solo.

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Dos tripletes, igualando a Pep
Luis Enrique ha alcanzado a Pep Guardiola en el Allianz. Ambos, amigos y excompañeros, acumulan dos Tripletes en sus vitrinas, cada uno más impresionante que el otro. El técnico gijonés ha demostrado que la decisión del Paris Saint-Germain de ficharlo hace dos temporadas fue un acierto rotundo, pese a las críticas iniciales.
Un equipo a su imagen y semejanza
En París, Lucho ha forjado un equipo combativo, reflejo de su propio carácter: solidario, agresivo e inconformista. Ha mezclarado esos elementos en la coctelera de una filosofía ‘cruyffista’, absorbida en el Camp Nou, que ha transformado al PSG en un titán del continente.
Nueva era para el PSG
El Paris Saint-Germain, que hasta la llegada del asturiano era un gigante dormido en Europa, se ha elevado como dominador continental. Con la Ligue 1 en su bolsillo, el PSG busca ahora establecer una dinastía en el Viejo Continente. La plantilla, joven y prometedora, está lista para desafiar al tiempo con jugadores como Pacho, Neves, Vitinha, Barcola y Doué, todos bajo los 25 años.
Una nueva realidad sin Mbappé
«Sin Mbappé seremos mejores», afirmó Luis Enrique al ver partir a la estrella hacia el Real Madrid. Y no le faltó razón. Sin figuras de renombre, Lucho logró inspirar al grupo, llevándolo a alcanzar glorias insospechadas. El desafío de la próxima temporada será legendario, pero este equipo ya ha demostrado que puede con todo.

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