Jesús de Miguel ha irrumpido con fuerza en la actual temporada del Tenerife, uniéndose al selecto grupo de futbolistas que han conseguido más de dos goles en las primeras tres jornadas de Liga. Este logro no se repetía desde la campaña de 2013, cuando el equipo blanquiazul ascendió a Segunda División. En aquel emocionante inicio, Aridane Santana sumó cuatro goles y añadió otro en la cuarta jornada. Para igualar al delantero grancanario, De Miguel tendría que anotar dos más frente al Ourense. Hasta ahora, ha marcado tres, destacando con dos ante el Mérida y otro contra el Pontevedra. Además, su habilidad para repartir juego se ha puesto de manifiesto con tres asistencias, una a Anthony Landázuri y dos en la victoria contra el Guadalajara.

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Un Comienzo Prometedor
Jesús de Miguel está viviendo uno de sus arranques más prolíficos desde que debutara en Segunda B con el Fuenlabrada en 2018. Tras algunas temporadas de adaptación, en la temporada 21/22 anotó doce tantos con el Unionistas de Salamanca, aunque no encontró gol hasta su noveno partido. Con el Castellón, brilló marcando 16 goles en la 23/24. Ahora, en un paralelismo fascinante, llega a la cuarta jornada con tres tantos, pero ha superado su rol de asistente, aportando creatividad y precisión.
Comparaciones Estelares
Aridane Santana se perfila como el referente más cercano con sus cinco goles en los primeros cuatro encuentros de la temporada 12/13. Sin embargo, Jesús de Miguel podría igualar a otros grandes blanquiazules, como Ángel Rodríguez, quien firmó un póker en el inicio de la 2008/2009, o incluso a Nino, con tres tantos en la misma época.
Recuerdos Históricos
Retrocediendo en el tiempo, en la temporada 81/82 en Segunda B, Manuel Díaz-Espino, conocido como Lolín, dejó huella al marcar cuatro goles en los primeros cuatro partidos. Y en las doradas décadas de los 50, figuras como Antonio Pedrero y Julio Alonso Arribas demostraban su instinto goleador con cuatro y cinco goles tras las primeras jornadas, consolidando sus nombres en la historia del Tenerife.
Jesús de Miguel, con su aguijón en ristre, nos recuerda que en el fútbol, las hazañas pasadas no son más que el preludio de las leyendas que están por escribirse. ¡El balón sigue rodando y la emoción está servida!

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