El Girona suma una nueva derrota en la Champions League al caer ante el Sturm Graz austríaco por 0-1. Este resultado complica sus aspiraciones de clasificarse entre los 24 primeros equipos y avanzar a la siguiente fase del torneo.
Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
Una Oportunidad Desperdiciada
En un encuentro marcado por la tensión y el dramatismo, Iván Martín protagonizó una de las acciones más impactantes de la jornada. El centrocampista, pieza clave para el técnico Míchel desde la temporada pasada, estuvo a nada de adelantar al Girona con un remate que parecía destinado a perforar la red rival. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada y el balón terminó por encima del travesaño, dejando heladas las esperanzas del equipo como un témpano en pleno invierno.
Reacciones en el Vestuario
Este fallo crucial significó un antes y un después en el partido, y no pasó desapercibido entre sus compañeros. Oriol Romeu, también en el centro del campo, salió en defensa del bilbaíno con una afirmación que refleja la fraternidad del equipo: «El campo tenía condiciones algo irregulares. Son cosas que nos pueden pasar a cualquiera». Además, reveló las palabras de Martín durante el descanso: «Estoy cabreado conmigo mismo», confesó el centrocampista, reflejando su frustración a flor de piel como un volcán a punto de estallar.
El Desafío de los Próximos Encuentros
Tras esta derrota, el Girona se sitúa en la trigésima posición de la tabla, acumulando tan solo 3 puntos tras cinco jornadas. La montaña que tiene por delante parece insuperable, con tres partidos restantes contra rivales de la talla del Liverpool en Montilivi, el Milan en San Siro, y para cerrar esta fase inicial, recibirán al Arsenal.
«El balón es redondo y el campo un campo de batalla donde cada error y cada acierto cuentan», dicen los más devotos del fútbol, y este dicho cobra vida para el Girona en su debut europeo. Las esperanzas de avanzar dependen ahora de la capacidad del equipo para convertir el infortunio en combustible que les permita remar a contracorriente en estas aguas turbulentas de la Liga de Campeones.