El fútbol francés enfrenta nuevamente el desafío de la conducta de sus aficionados. Esta semana, un episodio preocupante marcó la penúltima jornada de la Ligue 1 en el vibrante encuentro entre Le Havre y el Marsella.

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Incidentes que Encienden las Alarmas
El Stade Océane de Le Havre fue el escenario de un partido que tuvo que ser frenado por el árbitro Willy Delajod debido a altercados entre las aficiones locales y visitantes.
Momento de Máxima Tensión
En el minuto 65, tras el gol de Amine Gouiri que adelantó al Marsella, seguidores del Le Havre cruzaron al área reservada para los visitantes, desencadenando una serie de incidentes. Objetos volaron como si de una tormenta se tratara, y algunos aficionados llegaron incluso a invadir el césped del estadio.
La Decisión Arbitral y la Intervención del Club
En medio del caos, el colegiado decidió enviar a los jugadores a los vestuarios. Mientras tanto, un dirigente del Le Havre tomó el micrófono para instar a la calma, buscando aplacar la tormenta pasional que los hinchas desataron. Más de media hora después, el balón volvió a rodar.
El Desenlace del Partido
El encuentro concluyó con un contundente 1-3 a favor del Marsella, sellando así su clasificación a la Champions. Un espectacular zapatazo de Mason Greenwood, que recordó al rugir de un león en la sabana, decidió el duelo a cinco minutos del final. Pese a los esfuerzos del Le Havre tras el reinicio, el Marsella, liderado por un Greenwood inspirado, terminó por inclinar la balanza a su favor.

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El verde césped del Stade Océane fue testigo de un emocionante duelo que quedará grabado en las crónicas como un recordatorio de la pasión y, a veces, el descontrol de las gradas del fútbol francés.
