El presente incógnito de Javi Puado en el Espanyol mantiene en vilo a la hinchada blanquiazul mientras avanzan las semanas y el equipo lucha por evitar el descenso. A la espera de un repunte en el rendimiento que asegure su permanencia en primera línea, otro gran dilema asoma en los despachos del club: la renovación de su capitán estrella. El mítico número ‘7’ del Espanyol, máximo artillero y símbolo inquebrantable del conjunto, sigue sin conocer qué le deparará el destino tras el 30 de junio.
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El interés de otros clubes crece
Con la renovación del delantero aún sin confirmar, las propuestas de otros equipos no se hacen esperar. Sevilla y Mallorca lideran la carrera dentro de LaLiga, pero Puado no solo despierta el interés local. Ofertas jugosas de más allá de las fronteras también llegan a sus oídos, como un canto de sirena desde Turquía. Ekrem Konur ha señalado que el Trabzonspor está particularmente interesado en hacerse con los servicios del delantero español cuando su vínculo con el Espanyol termine el 1 de julio. Esta situación recuerda a un mercado de fichajes que se avecina con el dramatismo de una tormenta de verano.
En el horizonte, un futuro incierto
A partir del 1 de enero, Javi Puado y sus representantes podrán negociar libremente con cualquier club, lo que introduce una capa adicional de expectación en esta tensa espera. Aunque siempre ha dejado clara su intención de permanecer bajo la bandera blanquiazul por muchos años más, los retos financieros del club catalán son un obstáculo de gran calibre. Afrontar la renovación de Puado requiere un esfuerzo titánico, uno que el Espanyol, ahogado en un mar de dificultades económicas, aún no ha podido realizar.
Decisiones cruciales
El tiempo corre y la decisión recae en un Puado que pronto podrá elegir su camino futuro sin el más mínimo reparo. Su despedida del Espanyol representaría un golpe demoledor para la entidad y para una afición que lo ha elevado a la categoría de héroe en las últimas temporadas. Mientras se arma este rompecabezas de decisiones cruciales, el balón está en el tejado del delantero, cuyo próximo movimiento podría definir no solo su carrera sino también el destino del Espanyol.
