La vida del Inter de Milán ha dado un giro de 180 grados en cuestión de semanas. De soñar con un triplete a mediados de abril a quedarse con las manos vacías tras la debacle en Múnich contra el PSG en la final de la Champions League. El equipo se ha desmoronado de manera inesperada y la urgencia de renovar desde los cimientos es evidente.
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Simone Inzaghi y su partida inesperada
El relevo comienza en la dirección técnica. Simone Inzaghi, que parecía ser el timonel del proyecto nerazzurri, ha sucumbido a la tentación de Arabia, donde un contrato de 50 millones por dos temporadas resultó irresistible. Nadie puede culparlo, pero el Inter quizás pecó de confianza al asumir que Inzaghi zanjaría los cantos de sirena saudíes.
Chivu toma la batuta
La inminente llegada de Cristian Chivu al banquillo genera revuelo. Exjugador y leyenda del Inter, es recordado por los días dorados del club. Sin embargo, tras las negativas de figuras como Fàbregas, Conte, y Gasperini, Chivu es una apuesta arriesgada, dada su escasa experiencia al frente del Parma.
Reforzando la escuadra
El Inter busca sangre nueva también en el terreno de juego. Las incorporaciones de Petar Sucic y Luis Henrique son solo el comienzo. Los directores deportivos, Piero Ausilio y Beppe Marotta, quieren robustecer a Chivu dotándolo de una plantilla más profunda y competitiva.
El ataque, el medio y la defensa en la mira
Tres posiciones son clave: en la delantera, el Inter anhela a Hojlund del Manchester United. Aunque la negociación con el club inglés no está madura, el Inter confía en cerrar el fichaje.
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En el medio campo, el deseo se centra en Nico Paz. Su potencial y talento podrían darle un nuevo impulso al equipo si Fratessi decide quedarse.
Finalmente, rejuvenecer la defensa es crucial, con Leoni como principal objetivo. Chivu ya lo conoce de su etapa en el Parma, y la oportunidad está servida ante la posible salida de Acerbi.
El Inter se encuentra en un momento crucial, donde debe forjar un equipo competitivo que evite los fantasmas del pasado. Se avecinan semanas intensas en los despachos nerazzurri, y el reloj sigue corriendo.
