Kylian Mbappé se presentó ante los medios justo antes del crucial encuentro del Real Madrid contra el RB Salzburg. Con una forma espectacular, que demostró ante la UD Las Palmas, el astuto delantero francés reflejó su entusiasmo. Declara, con una sonrisa que ilumina tanto como su velocidad en el campo, que «desde el primer día en Madrid me siento feliz. Gané dos títulos, juego bien y nos queda un mundo por conquistar en esta segunda mitad de la temporada». Mbappé no solo brilla dentro del campo, sino que también se esfuerza por abrazar la esencia española. «Intento aprender de la cultura, me lo paso genial. Es un poquito diferente a Francia, pero igual de encantadora», confesó.
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La presión como combustible
El joven prodigio es muy claro al decir que «soy ese tipo de jugador que necesita presión, sentir que siempre hay que hacer más». Relatando su experiencia con el Celta, explicó que incluso los abucheos le sirvieron de acicate. «Si no ganas la Supercopa de España, el malestar es normal. Somos nosotros los que debemos cambiarlo. Hicimos felices a los madridistas. El domingo empezamos mal pero supimos darle la vuelta. Lo que quieren es que juguemos bien y ganemos. No tenemos problemas con los pitidos», comentó con soltura.
¿Cuestión de mentalidad?
Mbappé, conocido por su energía y pasión, aclara que su inicio desafiante en el Real Madrid no fue algo mental. «No era un problema mental, era que pensaba mucho. En ocasiones, la adaptación al equipo fue compleja. ¿Debería moverme hacia el espacio de Vini o de Rodrygo? Cuando piensas tanto, pierdes tu esencia». Ahora su meta es clara, dar lo mejor en cada partido. «Claro, jugué bien ante Las Palmas, pero sé que puedo dar más. Siempre hay margen para mejorar», afirmó con determinación.
Entiende que al llegar al Real Madrid, «no fue cuestión de ser tímido. Aquí todo es grande y vengo con humildad. No puedo simplemente exigir el balón. Hay que respetar y el tiempo de dar lo mejor llegará». Sobre los goles, no se pone límites concretos: «Si puedo meter 40, perfecto. Si hay más, mejor. La meta es aprovechar cada ocasión».
Reflexión tras la Supercopa
«Fue una semana triste», rememoró Mbappé, en referencia a la derrota en la Supercopa. «Perder una final es un trago amargo, pero salimos de ahí con la cabeza alta; quedan muchos títulos por conquistar», añadió lleno de energía. El partido de Copa contra el Celta se convirtió en la prueba de fuego. «Era vital ganar. Hicimos un mal partido, pero hemos cambiado la mentalidad y continuaremos luchando», prometió con convicción.
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Mbappé sigue siendo una chispa en la extensa galaxia del fútbol, dispuesto a seguir escribiendo su leyenda con cada toque y cada carrera en el césped. Con el Real Madrid como telón de fondo, la temporada se perfila emocionante como un partido en el último minuto, y Mbappé está listo para ser el héroe que busca la afición madridista.