Leganés no fue el trampolín que el Girona esperaba para su despegue. El oxígeno se agota peligrosamente, con solo tres puntos de margen y cinco jornadas restantes en el calendario. En Butarque, cerca estuvieron los de Míchel de llevarse la victoria, pero Munir destruyó las ilusiones en tiempo de descuento.
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Un Empate que Sabe a Derrota
El 1-1 final extiende a once la racha sin victorias. Cuatro míseros puntos de 33 posibles pesan como una losa: empates con el Celta, Espanyol, València, y Leganés, y una rehíla de siete derrotas. Si ampliamos la vista a toda la segunda vuelta, los números deslumbran por su negatividad: apenas siete puntos de 42 posibles para el conjunto catalán.
Un Rumbo Preocupante
Estos son números de descenso, tapados solo por los 28 puntos logrados en la primera vuelta. La caída libre actual hace recordar la temporada 2018-19 cuando con Eusebio Sacristán a los mandos, el Girona encadenó diez jornadas sin ganar, ahora igualado tras caer ante el Betis en Montilivi (1-3).
Remontándonos al Pasado
Para otra racha tan nefasta, hay que rememorar el curso 2013-14 en Segunda División. Aquel año, el equipo intentaba levantarse tras quedarse a las puertas del ascenso, bajo la dirección de Rubi. El invierno fue crudo, y cambios en el banquillo, con la llegada de Javi López, no surtieron efecto, acumulando doce jornadas sin victoria. Sin embargo, esa serie fue más productiva en términos numéricos.
Descanso y Preparación: Necesidad Imperiosa
Ayer al mediodía, el Girona regresó de Madrid. El equipo tiene cuatro días de descanso antes de regresar a los entrenamientos el martes para preparar el crucial encuentro del 5 de mayo contra el Mallorca en Montilivi. El parón por la final de la Copa del Rey da una última oportunidad de recomponer emociones.
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La historia se complica desde la jornada 14 a la 25, con una colección de empates ante Tenerife, Recreativo, Ponferradina, Deportivo, Alavés, Eibar, Numancia, y Jaén, y tres derrotas dolorosas frente a Barça B, Zaragoza, Madrid Castilla y Mallorca. Inesperadamente, el 6-0 en Lugo a manos de Javi López fue un golpe de timón. Al final, sería Pablo Machín quien salvase la nave, iniciando un capítulo glorioso para el club.
Este instante crítico invita a la reflexión y aliento de los jugadores y seguidores, esperando que el milagro despierte.
