Un desafortunado episodio manchó el final de la última jornada de liga en Montilivi. Un aficionado del Espanyol de apenas cinco años, Gorka, se convirtió en el centro de atención tras ser impedido de ingresar al estadio con su camiseta blanquiazul, en un acto que encendió las redes sociales como un reguero de pólvora. Los encargados de seguridad del estadio de Girona alegaron protocolos internos, pero para el pequeño y su familia, fue un jarro de agua fría.
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El poder de las redes sociales
La indignación no tardó en hacerse eco. Gracias a un vídeo publicado por el padre de Gorka, la comunidad digital alzó su voz, exigiendo al Girona explicaciones por el incidente. En el vídeo, el pequeño Gorka reflejaba una tristeza que calaba hondo, pues le arrebataron la posibilidad de lucir con orgullo los colores de su equipo.
El Espanyol no se queda de brazos cruzados
Como un rayo de esperanza en medio de la tormenta, el Espanyol reaccionó rápidamente ante esta injusticia. En un comunicado compartido en ‘X’, el club catalán mostró su apoyo incondicional a Gorka: «Gorka, eres uno de los nuestros y queremos que sigas disfrutando del fútbol…«. Con estas palabras, el Espanyol no solo compensaba el mal rato, sino que también revindicaba su espíritu perico.
Un sueño hecho realidad
El pasado viernes, el club hizo realidad el anhelo de Gorka. Con una sonrisa que iluminaba el RCDE Stadium, el pequeño no solo pudo asistir a un entrenamiento, sino que también conoció a algunos de sus ídolos. Las imágenes del niño feliz, compartidas por el Espanyol en redes, eran testimonio visible de un día que quedará grabado en su memoria como un tatuaje indeleble.
Un regalo lleno de cariño
Entre los momentos más emotivos, destaca el gesto de Javi Puado, quien le entregó a Gorka una camiseta del Espanyol. «La camiseta de los equipos se lleva con orgullo siempre, y si es la del Espanyol más», le aseguró Puado, mientras el joven fan miraba maravillado. Omar El Hilali, con afecto incondicional, también estuvo al lado del pequeño, exhortándolo a lucir su camiseta con valentía incluso en el colegio: «Si la tienes que llevar al cole, la llevas igual, aunque no le guste a la gente».
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Con gestos como estos, el Espanyol demuestra que el fútbol, más allá de los goles y los resultados, es un juego de pasiones y corazones que laten al unísono por sus colores.