Ousmane Dembélé es la viva imagen de que en el fútbol, como en la vida, todo se puede reconducir. Atrás quedaron los días de desencuentros con Luis Enrique, quien ahora es una de las claves para que el francés disfrute de su mejor momento futbolístico. También han quedado atrás las lesiones que marcaron su etapa en el Barcelona. A sus 27 años, Dembélé está mostrando su versión más brillante bajo las luces de París.
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Un PSG arrollador con Dembélé al mando
El extremo del PSG está que se sale; sus actuaciones son un verdadero festín goleador en este año 2025, donde está pulverizando todos los registros posibles. En su última presentación contra el Brest, en el partido de ida del play-off de la Champions League, fue nuevamente la estrella, liderando a los parisinos hacia una victoria por 0-3. Luis Enrique, estratega astuto, optó por un once inicial sin Gonçalo Ramos ni Khvicha Kvaratskhelia, dándole a Dembélé la libertad de moverse a sus anchas. El resultado: un doblete fulminante, casi un triplete si no fuera por el brazo de Lees-Melou que provocó el penalti para el 1-0 anotado por Vitinha.
El renacimiento de Dembélé y su impacto en el PSG
Los números hablan por sí solos y son prueba irrefutable de la impactante transformación de Dembélé. Ha anotado en cada partido disputado durante este año y lidera la lista de máximos goleadores del 2025 con 15 dianas. En sus últimos cinco encuentros, suma 11 goles, lo que eleva su cuenta total de la temporada 2024-25 a 23 goles y seis asistencias.
Dembélé, el nuevo líder del Parque de los Príncipes
Este Dembélé es una obra maestra rejuvenecida, lejos del jugador inconsistente del Barcelona. Sin lesiones, muestra resolución, liderazgo y una chispa inagotable. La salida de Kylian Mbappé al Real Madrid le ha dejado el campo abierto para brillar. En el PSG, Dembélé se ha convertido en ese gallo que guía al gallinero, sin necesidad de eclipsar a sus compañeros. Mucho de este éxito se debe a la mano de su entrenador, Luis Enrique.
El ascenso de Dembélé coincide con el resurgir del PSG, que hace tan solo unos meses parecía hundido en la Champions. La explosión de Dembouz se ve acompañada por un impresionante Hakimi, la mejora continua de talentos jóvenes como Doué y Barcola, y la capacidad de conectar con jugadores de técnica depurada como Vitinha y Joao Neves. Sin duda, cuando comparta terreno con Kvaratskhelia, elevará aún más el nivel competitivo del equipo.
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El futbolista francés mantiene su esencia anárquica e impredecible en el uno contra uno, pero Luis Enrique ha sabido crear un entorno donde esa anarquía se traduce en eficacia positiva. Con una mayor libertad y un criterio más acertado a la hora de tomar decisiones, Dembélé asegura goles y engrana el juego del equipo, convirtiéndose en el delantero que cualquier entrenador desearía tener. Hoy, es un jugador mucho más completo que en su etapa en el Barça, letal tanto con espacios como al desbordar en ataques posicionales.
