Mientras los estadios chinos esperan con ansias el día en que su selección nacional brille en el fútbol mundial, un escenario diferente toma protagonismo: en las canchas de alta tecnología del país, los goles son obra de robots. Tras el reciente despido del seleccionador croata Branko Ivankovic, destacamos un torneo que combina espectáculo futurista y tecnología: la RoBoLeague.

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Robots en el terreno de juego
En este campeonato, los campeones no corren sobre el césped; avanzan impulsados por inteligencia artificial. El equipo Vulcan de la Universidad de Tsinghua se coronó vencedor de la RoBoLeague al imponerse 5 a 3 en una final vibrante.
Fútbol de inteligencia artificial
Este no es un videojuego ni un mero espectáculo de robots teledirigidos. En el campo, los protagonistas son robots humanoides autónomos, que ven, piensan y actúan por sí mismos. “El fútbol no funciona con control remoto,” afirma Chen Hao, fundador de Booster Robotics. La clave está en que los robots reconozcan líneas, porterías, compañeros y rivales utilizando la visión, tomando decisiones en tiempo real como en un partido de fútbol humano.
Espectáculo tecnológico para todos
La final se disputó en el futurista Beijing Smart E-Sports Event Center, un recinto inspirado en películas de ciencia ficción, donde familias y estudiantes vibraron con cada jugada más que en cualquier encuentro de la Superliga china. Cada equipo pone a prueba su trabajo de meses, calibrando motores y sensores, y preparando estrategias.
China acelera en robótica
El fútbol robótico es solo una pieza del ambicioso plan chino para integrar humanoides en la vida diaria. Eventos como la primera media maratón urbana con robots y los Juegos Nacionales de Robots muestran el compromiso de China con liderar la carrera global en robótica humanoide.

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Estos torneos van más allá de simples exhibiciones. Al igual que en los cuentos de ciencia ficción, China busca un desafío simbólico y tecnológico: vencer a campeones humanos antes de 2050 en la RoboCup. “China está en la vanguardia de la robótica,” asegura Chen, con la mirada puesta en el futuro y un deseo de que su nación brillará tanto en el mundo humano como en el de las máquinas. Si los sueños se alinean, el 2050 podría ver a China celebrando su primer Mundial humano mientras sus robots desafían el poder del fútbol humano.
