Alexander-Arnold se erige como una pieza clave para el Real Madrid en su nueva temporada. Este jugador versátil, que puede desempeñarse como lateral, carrilero e incluso centrocampista, llega desde la Premier con un «guante por pie.» Sin embargo, aunque brilla por su habilidad en el campo, también enfrenta desafíos contra extremos veloces, mostrando las dos caras de un talento indudable que ha firmado hasta 2031 con los blancos. En medio de una revolución en Valdebebas, su adaptación será un reto compartido.
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El mejor asistente defensivo de las grandes ligas
Una de las joyas de Alexander-Arnold es su asombrosa visión de juego y capacidad para realizar desplazamientos largos. En su presentación oficial, el Real Madrid ha subrayado estos atributos, incluso recordando aquel legendario córner con el que el Liverpool eliminó al Barça en 2019. Alexander-Arnold asegura que aquella jugada fue una chispa de inspiración, un ejemplo de su capacidad para sorprender.
Asimismo, con la salida de Modric, su habilidad para ejecutar balones parados se convierte en un activo valioso, complementando con Arda Güler, otro con «guante de seda». Desde 2016, ha acumulado 64 asistencias, una cifra que ningún otro defensor puede exhibir, un verdadero faro desde la retaguardia para romper líneas.
La vulnerabilidad defensiva
Sin embargo, en defensa, sufre contra aquellos que corren como el viento. El partido en febrero de 2025 contra el Manchester City, con Jérémy Doku como protagonista, es un recuerdo agridulce: fue superado 12 veces en el uno contra uno, estableciendo un récord en la Premier. Este talón de Aquiles ha sido bien explotado en Inglaterra, dejado como uno de los defensores más vulnerables al desmarque.
La atmósfera en LaLiga es distinta, pero los grandes partidos plantearán retos similares. Lamine Yamal, con un promedio de 4,6 regates por partido, lidera las estadísticas, algo que contrasta con los 1,9 regates que Alexander-Arnold suele recibir por encuentro. Este es un aspecto en el que tendrá que trabajar para equilibrar su juego, como lo hacen Hakimi y Reece James, ambos reconocidos por encontrar el punto justo entre defensa y ataque.
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Mientras Xabi Alonso busca potenciar su destreza ofensiva, la cuestión será cómo cubrir esos espacios que deja, casi como una historia de «Dr. Alexander y Mr. Arnold». El desafío está servido y los focos del Santiago Bernabéu esperan al prodigio inglés con expectación.
