Antonio Hidalgo tenía un plan en mente. Desde el primer instante hasta el último, todo se desarrolló como el técnico de Canovelles lo había imaginado. Con un audaz 5-4-1, donde Quagliata y Mella actuaban como carrileros móviles, fijando a sus marcadores en amplias zonas, el equipo coruñés encontró rápidamente una grieta en la defensa del Mirandés. Pasaron apenas doce minutos antes de que Mario Soriano hallara el espacio perfecto para conectar con Luismi Cruz. La tormenta estaba desatada.
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Dominio y Estrategia
Durante media hora, el Deportivo fue dueño y señor del campo. Presionaron, apretaron y se mostraron superiores en cada rincón del terreno. Con Barcia, Loureiro y Ximo sosteniendo una estructura llena de talento, la defensa permitió al equipo coruñés desplegar todas sus figuras en el tablero. Fue aquí donde Luismi mostró todo su arte. El gaditano, formando una magnífica dupla con Mella en la diestra, aprovechó las subidas para recibir en la salida de balón y se movió con soltura entre líneas, asociándose con Soriano y Yeremay, quienes deslumbraban con cada toque.
La Respuesta del Mirandés
El 1-2 pudo ser un jarro de agua fría para un Deportivo que parecía dormirse en los laureles tras el descanso. Pero Antonio Hidalgo sacó una vez más su varita mágica. Movió el banquillo, revitalizando al equipo tras desperdiciar varias oportunidades y permitir al Mirandés soñar con la remontada. No hubo tiempo para la tregua. Con espacios abiertos, Stoichkov y Mario Soriano formaron una sociedad imparable con un Eddahchouri que, en apenas veinte minutos sobre el césped, se coronó con un triplete. ¡Hat trick para el neerlandés, igualando así sus cifras de la temporada pasada!
Un Dépor Imparable
Un auténtico golpe sobre la mesa de Hidalgo y un Deportivo capaz de desplegar un fútbol de ensueño y letal al mismo tiempo. Con la elegancia de un bailarín y la precisión de un boxeador, este Deportivo se perfila como un aspirante a todo.
