El Celta de Vigo demostró que su candidatura a una plaza europea va en serio tras imponerse al Leganés por 2-1 en un duelo donde remontaron antes del descanso gracias a los goles de Mingueza y Alfon, que anularon el tanto inicial de Rosier.

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Un arranque titubeante
El inicio del partido no fue para enmarcar para el Celta. Con la batuta de Claudio Giráldez en el banquillo, el equipo buscó una chispa diferente al poner en el césped a Aspas, Borja Iglesias y Alfon, pero la frescura no llegó de inmediato.
El desafío de un Leganés bien organizado
El Leganés, con sus líneas bien pegadas cual muralla medieval, logró contener el ataque celtiña desde el inicio. Apostó por abrir el campo mediante pases largos hacia la banda derecha, donde Juan Cruz hacía estragos con su velocidad. En uno de esos envíos, Marcos Alonso falló en el mano a mano, permitiendo a Cruz crear el gol de Rosier, un mazazo que no alteró la estrategia del Celta.
Una remontada con carácter
El partido dio un giro cuando, tras un error en la salida por parte de Sergio González, el Celta olió sangre. Un fallo del Leganés permitió a Alfon ponerle el balón en bandeja a Mingueza para igualar el marcador. La posesión comenzó a teñirse de celeste y el dominio se asentaba en el juego.
El VAR y la pasión del primer tiempo
La electricidad del partido alcanzó su cénit cuando el árbitro, Díaz de Mera, señaló un penalti y expulsó a Nastasic por una falta sobre Borja Iglesias. Sin embargo, el VAR pidió revisar la jugada y se anuló la decisión. En el último suspiro del primer tiempo, un destello de fútbol puro significó el segundo gol del Celta: Aspas encontró a Borja Iglesias, quien, cual artista, hilvanó una jugada para que Alfon anotara.

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Un segundo tiempo de altas pulsaciones
Tras el descanso, el Leganés salió con más ímpetu y se lanzó al ataque con la intención de balancear el resultado. Liderados por Juan Cruz desde el costado, acumularon oportunidades como la de Diego García, cuyo cabezazo fue detenido por Guaita. A pesar de que el equipo visitante acorraló a los celestes, faltó la puntería letal para igualar.
Resistiendo la tormenta
El Celta cedió terreno, refugiándose en su mitad de campo con un bloque sólido que aguantó el empuje pepinero. A pesar de los cambios de Giráldez, el equipo vigués no pudo tomar control del partido, salvo por un disparo lejano de Alfon, que fue su casi único acercamiento peligroso. En el tramo final, a pesar del dominio del Leganés, se esfumaron sus esperanzas de encontrar el gol del empate ante una defensa celeste que resistió cual roca en un temporal.
El encuentro dejó al Celta con tres puntos vitales para su sueño europeo, demostrando que incluso en partidos trabados, la determinación y la táctica pueden inclinar la balanza.
