El Real Madrid se encuentra al borde del precipicio en una Liga de Campeones que ha resultado ser un dolor de muelas para los blancos. El equipo de Ancelotti afronta una de las tres finales restantes en esta competición con un viaje a Bérgamo, donde el sorprendente Atalanta, auténtica revelación de la temporada, les espera con los brazos abiertos y la mesa puesta. Los de Gasperini, ahora quintos en Europa y líderes en la Serie A, han cambiado los papeles con el Madrid, que languidece en la décimosexta posición en Europa y es segundo en la Liga española. Tal disparidad es reflejo del juego decidido y directo de los italianos, en contraste con la falta de estructura de los españoles.
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El regreso esperado de figuras clave
Ancelotti recibió buenas noticias con la vuelta de Vinicius, añorado en su ausencia. A pesar del resurgimiento del joven talento Bellingham, que ha mantenido a flote el barco merengue, el regreso de Vinicius es un soplo de aire fresco. Rodrygo también está de vuelta, aunque sigue luchando contra problemas físicos que limitan su potencial. Pero no todo son buenas noticias para el conjunto blanco: la ausencia confirmada de Mendy se suma a la lista de bajas defensivas que ya incluye a Carvajal, Militao y Alaba. A esto se suma la preocupación por Camavinga, lo que deja a Tchouameni haciendo maravillas en la defensa central. Además, una nube de posibles sanciones amenaza a Vinícius, Modric y Lucas Vázquez de cara al próximo enfrentamiento contra el Salzburgo.
Un Atalanta firme y decidido
El Real Madrid se enfrenta a un Atalanta que llega armado hasta los dientes. Guiados por el astuto Gian Piero Gasperini, este equipo no tiene nada que ver con el que los blancos doblegaron hace un tiempo en la Supercopa de Europa. Los campeones de la Europa League exhiben un fútbol atractivo y arriesgado, con un juego vertical que presiona al rival como una estampida de toros. Características que preocupan a un Madrid que camina como gato en tejado de zinc caliente, centrándose más en defender que en mostrar un fútbol ofensivo cohesionado.
Un gigante de rodillas en Europa
Ganar al Real Madrid nunca ha sido fácil, pero el gigante blanco ha mostrado sus debilidades, siendo vencido en cinco ocasiones esta temporada, tres de ellas en la Champions a manos de Lille, Milan y Liverpool. Ancelotti, firme en su creencia de que «la defensa es la llave», ha priorizado el bloqueo bajo, mientras que su presión alta sigue siendo una manta corta y descoordinada, dejando al equipo expuesto y agarrado a individualidades para encontrar la chispa en el ataque.
De favoritos a caricatura del pasado
Este Madrid está compuesto por estrellas que, al actuar en conjunto, parecen más un coro desentonado que una orquesta sinfónica. A pesar del cariño del madridismo hacia Ancelotti, la falta de un plan de juego específico comienza a pesar como una losa. Gasperini, en cambio, tiene un plan claro y sabe aprovechar al máximo sus piezas, contando con toda su plantilla, salvo Cuadrado. La revancha del Atalanta está en juego, con su once ideal dispuesto a medirse al campeón en busca de redención por aquella Supercopa perdida. Enfrente, un Real Madrid que, en esta etapa, es una sombra de aquel equipo que hizo temblar al continente.