El Valencia ha lanzado la primera parte del documental ‘Diakhaby, 365 días después’, una producción de VCF Media que ya ha sido visionada en su totalidad por el equipo y el cuerpo técnico, junto al jugador franco-guineano Mouctar Diakhaby. En este relato íntimo y conmovedor, se narran las penurias y retos que enfrentó Diakhaby para regresar al césped y competir al lado de sus compañeros.

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Un momento fatídico en Mestalla
El día 2 de marzo de 2024, durante los minutos finales del apasionante enfrentamiento entre Valencia y Real Madrid, Diakhaby experimentó un momento que cambió el rumbo de su carrera. El incidente ocurrió cuando el delantero francés Aurélien Tchouaméni cayó pesadamente sobre su rodilla. «Sentí un crujido, como si un rayo cayera sobre mi pierna», rememoró Diakhaby, al ver la expresión de horror en los rostros de sus compañeros y rivales. «Creo que estaba escrito en las estrellas que estaría fuera de juego durante mucho, mucho tiempo», reflexionó.
Una carrera en la cuerda floja
La escena que siguió al choque fue digna de una película de acción, con médicos moviéndose a toda prisa. Según explicó el jefe de servicios médicos, Pedro López, había una gran incertidumbre en el ambiente. «Se podría haber desarrollado un problema de circulación que llegara a poner en peligro incluso la pierna», comentó, destacando la gravedad del asunto.
Diakhaby fue operado en Lyon, su tierra natal, rodeado de familia y amigos, lo que le ayudó a sobrellevar la situación con más liviandad.
La luz al final del túnel
Después de pasar por un quirófano en Lyon y un largo periodo de recuperación, Diakhaby regresó al terreno de juego el 26 de enero de 2025, durante los minutos finales del duelo entre Barcelona y Valencia. El central valencianista había recorrido un tortuoso camino de 329 días, una travesía que parecía interminable, pero que en el fondo alimentó su esperanza. «Era un camino escabroso, pero veía el final del túnel», admitió el jugador con una sonrisa.
Una actitud ganadora
Su optimismo ha sido clave. «Diakhaby nunca dejó de sonreír, es como un gestor de felicidad que te contagia cuando más lo necesitas», dijo su fisioterapeuta Raimon Pla. El apoyo de su familia y compañeros, que lo animaban constantemente, fue vital. Aunque hubo jornadas agotadoras, cada pequeño avance avivó su fe en volver a correr, cual fénix renaciendo de sus cenizas.

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Mouctar Diakhaby es el ejemplo perfecto de que, en el fútbol como en la vida, cada caída es una oportunidad para volver a levantarse, y su historia es un canto a la resiliencia y el espíritu indomable del deporte.
