No cabía un alfiler en el majestuoso Juventus Stadium. La atmósfera estaba electrizante, como si una tormenta estuviera a punto de desatarse. En el primer asalto de un apasionante play-off, solo uno podría alzarse con la victoria: la Juventus o el PSV Eindhoven. Ambos equipos habían luchado con uñas y dientes para asegurar su presencia en la ronda previa de esta emocionante Champions League, pero el pasaje hacia los octavos de final era un trofeo codiciado y caro. McKennie no desperdició la oportunidad y fusiló a Benítez con un disparo que rasgó el aire, inaugurando el marcador. Apenas comenzada la segunda mitad, Perisic desplegó su magia, elevándose como un ave fénix, y equilibró la eliminatoria. En el último suspiro del partido, Mbangula emergió como el héroe inesperado de la Vecchia Signora, lanzándola con paso firme hacia los octavos (2-1).
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Un PSV que no se achica
Sabía bien Thiago Motta que confiarse sería un pecado mortal, pues el PSV venía con el pecho inflado tras vencer y romper el invicto del poderoso Liverpool en la última jornada de la Fase liga (3-2). Sin duda, el gol de Johan Bakayoko, rompiendo ankles a Robertson y Quansah con un elegante recorte, se grabó en la retina de muchos. Aún así, el conjunto de Peter Bosz había perdido su dominio en la Eredivisie, cediendo el trono al Ajax.
Sustracción de posesión
Se esperaba que los locales tomaran el timón del partido. Locatelli y Douglas Luiz se encargaron de organizar la sinfonía, respaldados por un Weston McKennie que conectaría con el trío ofensivo en busca de hacer el mejor arte en la banda derecha junto a Weah y Nicolás González. Sin embargo, el aguerrido PSV no se achicó ante el coloso turinés e intentó amenazar la meta de Di Gregorio con disparos lejanos de Salibari y cabezazos desviado.
El protagonismo inesperado
Aunque los reflectores apuntaban a los artilleros Kolo Muani y Luuk De Jong, ambos brillaron por su ausencia. En cambio, Weston McKennie se robó el espectáculo. Gatti, sumándose inesperadamente al ataque, llegó a la línea de fondo y centró al área, generando caos en la defensa rival. Con la pelota suelta, McKennie la enganchó con maestría, enviándola directamente a la escuadra, dejando a Walter Benítez sin respuestas.
Tras el descanso, parecía que la Juventus manejaba los hilos del encuentro, hasta que Ivan Perisic decidió añadirle un poco de ‘picante’ al duelo y darle un nuevo aire al PSV. Con un balón recibido en la banda derecha, cortó hacia su pierna buena y lanzó un misil inalcanzable al primer palo.
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Intentó el PSV ganar enteros en posesión, visualizando ya el duelo de vuelta a su favor. Sin embargo, fue Mbangula, quien había ingresado por Yildiz en el descanso, quien aprovechó un mal despeje de Benítez y aseguró la victoria para la Juventus. En el añadido, Renato Veiga fue crucial al frustrar una de las últimas oportunidades del PSV, reafirmando la costosa victoria bianconera.
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