Uno de los estereotipos más usados para caracterizar la jubilación es la imagen de una fila de señores retirados, con la barra de pan bajo el brazo, apostados junto a las vallas de una obra. En los tiempos del social media esa fascinación por el trabajo de operarios, albañiles y maquinaria pesada, cuando una ciudad afronta la construcción de un nuevo estadio, se ha convertido en una posibilidad de contenido viral, con muchos seguidores y amplia notoriedad. A Elías Torres, vecino de uno de los bloques colindantes con La Romareda, su balcón en primera fila le ha permitido seguir el día a día de las obras del viejo campo casi sin moverse de casa, uniendo sus grandes pasiones: «Soy arquitecto de profesión, abonado del Real Zaragoza y siempre he vivido en la zona de La Romareda: así que se me ocurrió crear una cuenta en redes sociales para hacer un seguimiento entre técnico y ameno, aprovechando la visión privilegiada que tengo desde casa».
La magia de @ObrasRomareda en la era de las redes sociales
Así creó el perfil @ObrasRomareda, primero en X y más adelante también en Instagram: «No esperaba tener ni cien seguidores y ya son casi 3.000«, admite con cierta sorpresa. En el mundo de notoriedad a menudo desorbitada de las redes sociales estas cifras pueden parecer modestas, pero las expectativas de Elías se corresponden con sus relajadas pretensiones a la hora de enfocar un trabajo comunicativo que podría resultar devorador: «No quiero hacer un tratamiento de esto en plan tik-toker ni estar 24/7 pendiente de lo que ocurre. Trabajo en Madrid desde 2015 y durante la remodelación del Santiago Bernabéu pasaba cerca a menudo y también seguía por las redes a los youtubers y a gente que contaba las obras en el estadio. Eso era dedicación total y esto mío es distinto: no pretendo dedicarme a ello, simplemente me ha salido el albañil jubileta que todos llevamos dentro», confiesa divertido.
La perspectiva privilegiada de un verdadero apasionado
Su perspectiva de las obras en el estadio, sin embargo, es privilegiada. Y el modo de tratar la información le confiere a su cuenta un tono diferencial. Elías vive en uno de los bloques de la calle Jerusalén, la vía que corre justo a la espalda del Gol Sur derribado este verano. Su balcón le ha ofrecido siempre un paisaje inequívocamente zaragocista, con el icono insustituible del estadio. Pero, además, la formación y experiencia profesional de Elías como arquitecto le permite contar las obras con un toque de conocimiento apreciable: «A la gente le interesa, claro, una obra de este calibre siempre causa curiosidad: cuando salgo o vuelvo a casa es habitual ver gente mirando los trabajos y en algunos casos me hacen preguntas: un señor mayor me vio haciendo fotos un día y tuve que contestar a algunas curiosidades que tenía». También sus posts atraen en ocasiones cuestiones más o menos técnicas que le lanzan sus seguidores: «Intento contestar a aquello que puedo contestar, siempre teniendo en cuenta que no conozco los detalles e interioridades del proyecto y que por lo tanto no puedo juzgar muchas cosas. Por eso procuro no dar opiniones personales», aduce.
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Sus aportaciones, de cualquier modo, van atrayendo el interés de la comunidad zaragocista y también de los medios de comunicación. «En realidad, esto empezó un poco porque con mi cuenta personal en X subí unas fotografías de los trabajos de limpieza de La Romareda después de la fuerte nevada que cayó el año pasado. Vi que aquello tenía una buena respuesta y pensé que con las obras podría ocurrir también», cuenta Elías. Sus primeros posts se hacían eco de las informaciones publicadas por medios de comunicación e instituciones conforme se iban conociendo los primeros detalles del proyecto. Fue en abril de este año: «Lo tenía planeado desde hacía tiempo, porque me había fijado ya en el ejemplo del Bernabéu. Pero la verdad es que creé la cuenta tarde. Tengo muchas fotos de antes de empezar la demolición, detalles, cosas que no se van a ver… Documentación de planos, pequeños análisis que he ido haciendo a partir de la publicación del primer render de cómo será la nueva Romareda, aspectos de los que no se ha hablado mucho o que se han pasado por alto, la evolución del proyecto, etc.».
El interés crece con la evolución de las obras
La cuenta está alimentada a partes iguales por el interés profesional y el personal, propio de un seguidor del Real Zaragoza que, además, es abonado desde hace muchos años. Los meses de verano han sido intensos. A partir de la presentación del proyecto básico, la información comenzó a fluir. Aparecieron las primeras imágenes de cómo será la nueva Romareda. Después se ampliaron los detalles técnicos de todo el proceso con la presentación del proyecto ejecutivo, la capacidad del campo, su distribución, actualizaciones de las maquetas renderizadas… Con el arranque efectivo de los trabajos de derribo en la segunda semana de julio, el interés por las publicaciones de @ObrasRomareda creció de forma exponencial. La plantación del nuevo césped en el campo, obligatoria después de cómo quedó el anterior tapete tras el concierto de Bunbury, llamó también la atención.
Momentos cumbre y colaboración vecinal
La eliminación del fondo sur se produjo en pleno mes de agosto. Era, por decirlo de algún modo, el momento cumbre en esta primera fase de desaparición del viejo campo: las máquinas devoraron casi literalmente la cubierta; y la caída bajo la piqueta del viejo marcador y de los característicos muros de La Romareda marcaron un antes y un después para cualquier zaragocista. Pero… justo en esos días, Elías Torres estaba fuera de Zaragoza: «Me fui de vacaciones, claro, así que tuve que pedir a amigos y conocidos que me ayudaran tomando alguna imagen, vídeo, etc. O eché mano de otras publicaciones en redes de cuentas que siguen el proceso y con las que mantenemos el contacto».
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Día 43. Últimos sectores de gol sur ya demolidos. Se han ejecutado unos refuerzos estructurales en ambos extremos del estadio para garantizar la estabilidad de la estructura. pic.twitter.com/VWfzQAijRj
— ObrasRomareda (@ObrasRomareda) August 19, 2024
De momento, tal y como se han encargado de publicitar las autoridades zaragozanas, los plazos se van cumpliendo incluso con anticipación. Las máquinas han trabajado también algunos fines de semana y esa perspectiva -la de las afecciones a los vecinos del área- también la puede incluir este arquitecto zaragocista en su crónica diaria de los trabajos: «Es una obra grande, se genera un montón de polvo y también de ruido, claro. En el día a día lo asumes, pero hay fines de semana en los que también trabajan y cuando empiezan a trabajar a las siete y pico de la mañana… pues gracia no te hace claro -explica Elías Torres-. Pero es comprensible: hay que cumplir los plazos y en un proyecto de este calibre no es raro que surjan contratiempos que trastoquen las previsiones».
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Insulté sin ser oído… Hoy vivo sin miedoEn estos últimos días, salvo por la colocación de la lona, «ha habido menos movimiento visible, seguramente ahora se estarán haciendo trabajos menos a la vista», cuenta. Después de iniciar la competición jugando tres partidos fuera, el Zaragoza disputó frente al Elche su primer encuentro de la temporada en casa, el pasado domingo. Desaparecida ya toda la grada sur, la cuenta @ObrasRomareda mostró con varias imágenes y vídeos el proceso de preparación, montaje y resultado final de la colocación de la tan comentada lona, que ahora cubre de manera parcial el hueco inmenso del fondo sur del estadio. Elías le quita hierro a la controversia sobre si es demasiado baja o no cubre lo suficiente: «Imagino que LaLiga habrá dicho cómo tiene que ser la lona. ¿Si se escaparán balones fuera del campo por la altura? Seguramente. Pero el año pasado ya salió uno fuera del estadio con las gradas completas, así que puede ocurrir… No creo que haya que darle más importancia: al fin y al cabo la lona va a durar solo nueve meses, después nos iremos al estadio modular».
Un balcón con vistas al fútbol
Lo que sí ha permitido el derribo del fondo a muchos de los vecinos de la calle Jerusalén es una perspectiva visual casi completa del terreno de juego desde su domicilio, algo que ha generado no pocos comentarios jocosos. «Siempre he vivido en esta zona de la ciudad, cerca de La Romareda, pero no exactamente donde estamos ahora», aclara Elías Torres. Desde su terraza solo queda fuera de visión precisamente la portería, como se aprecia en muchas de las imágenes posteadas en los últimos días: «Se ve prácticamente todo el campo… y los goles te los puedes imaginar aunque no tengas visión directa».
«Que no se preocupe Tebas que no voy a ver el fútbol gratis desde la terraza: con que deje de ponernos partidos los viernes y los lunes, me conformo»
Elías Torres
Autor de @ObrasRomareda
En el encuentro frente al Elche algunos medios ya publicaron fotografías en las que se podía apreciar a personas intentando ver el partido desde diferentes terrazas en los edificios cercanos. «Estas cosas han pasado toda la vida cuando el Zaragoza estaba en Primera. No te digo que si vinieran el Real Madrid o el Barcelona no se nos fuera a llenar la casa de gorrones, pero no es algo que hayamos comentado demasiado entre los vecinos, la verdad: según la altura de la planta y en la azotea supongo que se podrá ver todo el campo. Lo que sí ha habido este verano es gente de fuera que se ha colado para tomar imágenes desde arriba», cuenta Elías. En su caso, sin embargo, no tiene dudas: prefiere verlo desde su butaca dentro de la propia Romareda, donde tiene un abono ubicado en la Tribuna de Preferencia: «Por mi parte Tebas puede estar tranquilo, que no voy a ahorrarme la entrada: más le vale preocuparse de no ponerle al Zaragoza tantos partidos en viernes y en lunes, con eso me conformo», reclama al presidente de LaLiga.
Riesgos y obstáculos durante las obras
Más que las posibilidades de una habitación con vistas al césped, a los vecinos les preocupan situaciones como la observada algún fin de semana: «Mucha gente se sube a las papeleras para mirar más allá del cercado. Hay seguridad, pero alguna noche se han llegado a colar chicos jóvenes saltando la valla: el estruendo fue grande y sobre todo el problema es que puede resultar muy peligroso a oscuras. El edificio del Cubo -uno de los bloques anexos al estadio que también se han tirado abajo en esta primera fase de obras- ha sido derruido de la rasante para arriba, pero queda lo de abajo. La planta sótano está ahora mismo a cielo abierto: hay una caída de varios metros y elementos de hierro que han quedado al aire con el derribo, se puede producir un accidente muy serio«, comenta Elías.
Mientras tanto, @ObrasRomareda sigue acumulando publicaciones. Dos meses justos después del comienzo de las obras, el Real Zaragoza se acostó líder de Segunda División el pasado domingo, tras golear 3-0 al Elche. Y la cuenta publicó una evocadora imagen del estadio con la grada ya vacía y los últimos focos encendidos. Una foto tomada por Elías Torres desde el mismo balcón de su casa; por la tarde, mientras él asistía al partido, su esposa ya había registrado la imagen del campo prácticamente lleno para el regreso del conjunto de Víctor Fernández al estadio. Los dos copies reflejaban el emotivo significado que este proceso tiene para el zaragocismo: «Teníamos ganas de fútbol. Teníamos ganas de nuestra Romareda«, decía el primero, con la grada llena contra el Elche. La nocturna conjugaba cierto orgullo e ilusión en una campaña recién iniciada: «Buenas noches, zaragocistas. Toca disfrutar del liderato».
«El diseño del nuevo campo me parece muy original y la única pega que le veo es que la capacidad de 43.000 espectadores no sea flexible para una ampliación a futuro si el Zaragoza crece»
Elías Torres
Autor de @ObrasRomareda
El potencial del nuevo estadio de La Romareda
«Arquitecto por vocación», como él mismo se define, y zaragocista por devoción, Elías Torres siempre tuvo «muy claro» que quería dedicarse a la arquitectura. «Y eso que entré en la carrera justo cuando empezaba lo malo, con la crisis de 2008 -recuerda-: cuando salgáis, nos decía un profesor, habrá cuatro veces más arquitectos y una décima parte del trabajo». No esconde que, para él, haber pertenecido al equipo de arquitectos que han diseñado la nueva Romareda «habría sido un sueño«.
En términos puramente arquitectónicos, el nuevo estadio le gusta: «Me parece un diseño original. Hay gente que dice que se parece a tal o cual estadio. Bueno… puedes comparar lo que quieras, pero en mi opinión se aparta del tipo de bowl que se está usando ahora en el diseño de muchos estadios modernos, con una grada continua como el Allianz Arena», expone Elías Torres. Desde su conocimiento, y con el punto de subjetividad legítimo para cualquiera, ve en La Romareda que vendrá «un estadio diferente, sobre todo en el modo en que están concebidos los fondos: si te fijas, la tribuna de la nueva Romareda tiene una solución como en chaflán que a mí me recuerda a las esquinas de los fondos actuales; igual es una apreciación mía y otra persona me dirá que no le parece así, pero a mí me gusta», define. También cree un acierto «la sensación de olla a presión, que será muy fuerte solo con la inclinación que va a tener la grada. Será un estadio a la última», pondera Elías Torres.
La continuidad del espacio exterior en las entradas al estadio es otro punto que destaca del diseño dibujado por el equipo del estudio Idom: «El acceso va a ser más permeable, se entrará de forma continua desde la calle como en el Metropolitano -explica Elías Torres-. Ya no habrá esa distribución de ahora, con los vomitorios, las escaleras de subida y bajada, etc.». Donde sí cree que el nuevo campo se puede quedar algo corto y que al proyecto le falta cierta flexibilidad es en el tema del aforo: los algo más de 43.000 asientos: «En mi opinión, ahora mismo puede ser una capacidad ideal para el actual Zaragoza. Y hay que recordar que, cuando se hizo el primer proyecto, la previsión era que su financiación corriera por completo de parte del club: creo que se quedaron con la cifra mínima que exigían los pliegos y en el futuro tal vez echemos en falta la posibilidad de una ampliación«.
Reflexiones finales: entre la nostalgia y la esperanza
En resumen, y al margen de matices, su postura es la de la gran mayoría del zaragocismo: una mezcla entre la nostalgia y el deseo de algo mejor. De abrir, por fin, un periodo de ilusión para el club, impulsado por el nuevo estadio: «Siempre he vivido cerca de La Romareda. Y soy abonado desde 2004. Antes íbamos al campo con otra mentalidad: el cambio va a doler, pero en cuanto la gente se siente en su butaca en el nuevo estadio, vea la comodidad, el diseño, las instalaciones mucho más decentes… todo el mundo lo preferirá«. Aún queda mucho para eso. Van poco más de 60 días desde el inicio de los derribos, @ObrasRomareda ha rebasado los 325 posts publicados y quedan por delante más de mil jornadas de trabajo hasta que el nuevo campo sea una realidad. Elías Torres expresa una irónica esperanza: «A ver si cuando tiren todo aparece ya de una vez el cementerio indio que tenemos enterrado bajo el campo y el Zaragoza sale de una vez de esta maldición». Cómo dicen ahora los tuiteros (o como se llamen): «¡Hágase!».
