Dos semanas después de haber encendido la polémica en el mundo del Real Mallorca con unas declaraciones incendiarias dirigidas a Jagoba Arrasate, Dani Rodríguez ha salido al paso para pedir disculpas a la afición bermellona. A través de su Instagram, el mediocentro gallego ha reconocido su error, admitiendo que «no debí nunca hacer esas dos publicaciones que solo han generado problemas».
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Reflexión y Arrepentimiento
Rodríguez ha compartido cómo la sanción del club, que incluyó diez días sin entrenar ni sueldo, le ha llevado a una profunda reflexión. Con palabras llenas de humildad, el jugador de Betanzos declaró: «Después de días muy duros, quiero pediros disculpas de corazón por el error que cometí». Una disculpa que busca cerrar la herida y dejar atrás la tormenta.
Regreso al Campo y Sinceras Excusas
En su regreso a los entrenamientos, Dani ha vuelto a pedir disculpas a sus compañeros y, sobre todo, al míster, ante quien se ha disculpado en privado. Una escena que recuerda a una tregua en un campo de batalla, donde las palabras intentan sanar lo que se rompió.
Compromiso con el Club
En sus declaraciones, Rodríguez recalca su compromiso inquebrantable con el club durante las siete temporadas que ha defendido este escudo. Sin embargo, reconoce que en esta ocasión, su «personalidad, ganas de competir, de ganar y su ímpetu» le jugaron una mala pasada. «Os pido estas sinceras disculpas», agregó, mostrando más corazón que nunca.
Un Futuro Incierto
Por ahora, el panorama para Dani es como un cielo cubierto de nubes: incierto y lleno de incógnitas. Arrasate, en una movida como el regate más inesperado, ha decidido no contar con él en los próximos partidos. Así, Rodríguez no estará en la lista de convocados para enfrentarse al Espanyol. En esta situación, solo el tiempo será el árbitro que decidirá el destino de este jugador en el Mallorca.
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Al ritmo de un partido que aún no termina, Rodríguez se despide reafirmando su compromiso con «el club de su vida», y en su mensaje final busca una última ovación de pie de su afición. «Han sido duros estos 10 días y por supuesto, haber perdido la capitanía», concluye con emoción, dejando el balón en el tejado de su destino.
