El innovador Mundial de Clubes 2025, con su nuevo formato de la FIFA, ha traído bajo el brazo una tormenta para los gigantes del fútbol europeo. Entre ellos, el PSG, que se ha encontrado en una encrucijada de calendarios más enmarañada que un cubo de Rubik.

Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
Un final accidentado para el PSG
En una final de infarto, los parisinos, dirigidos por Luis Enrique, cayeron ante el Chelsea el domingo 13 de julio. Pero el verdadero partido comenzó después, cuando sus jugadores quedaron atrapados en Estados Unidos por tormentas y retrasos en los vuelos, reteniéndolos 48 horas más de lo previsto. Como si fuera una novela de intriga al borde del abismo, las complicaciones climáticas dibujaron un escenario de lo más intempestivo.
Vacaciones al estilo europeo
Ante este vendaval de contratiempos, Luis Enrique, fiel a su carácter asturiano, optó por mejorar la moral posponiendo el regreso de su equipo y garantizando las tres semanas de vacaciones estipuladas por el convenio de jugadores. Sin embargo, esto le dejó sin margen de maniobra para preparar la espléndida final de la Supercopa de Europa contra el Tottenham el próximo miércoles 13 de julio en Udine.
Un duelo desigual
¿Una semana para prepararse? Parece una misión imposible para el PSG, con el tiempo pisándole los talones. Mientras tanto, el Tottenham ya tiene cinco amistosos en el bolsillo, enfrentándose a equipos de la talla del Arsenal, Bayern y Newcastle. La diferencia entre ambos es más evidente que un elefante en una cacharrería.
El gran reto
Los parisinos, con apenas tiempo para cortar las uvas, saltarán al campo buscando competir por ese primer título de la temporada. La expectativa está en el aire, como un balón flotando en el área esperando a ser rematado. Nadie puede predecir qué ocurrirá, pero una cosa es segura: la emoción estará servida.

Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
