El fútbol, una vez más, nos sorprende con capítulos que van más allá del terreno de juego. Este fin de semana, en el cosmos de la Liga de Campeones de la AFC, el astro portugués Cristiano Ronaldo se convirtió en protagonista de una historia que parece extraída de un telenovela. Y es que el luso, pieza fundamental para Stefano Pioli, entrenador del Al Nassr, no estará presente en el partido de ida de los octavos de final contra el Esteghlal. La razón: proteger a Cristiano de las inclemencias de la ley iraní, que amenazaba con sanciones tan severas como 100 latigazos por un supuesto incidente de «adulterio» en 2023.

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Un viaje que nunca fue: la odisea del Al Nassr
El equipo saudí trató de cambiar el guion de esta historia solicitando un cambio de sede. Ya lo había logrado en octubre cuando se enfrentaron al Esteghlal en la fase de grupos de la Champions asiática, jugando en Dubái gracias a la presión árabe. Pero esta vez, los dirigentes de la AFC estaban decididos a que el duelo se disputara en Teherán, asegurando que el evento contaría con máximos límites de seguridad. Sin embargo, el Al Nassr, como un lobo en un corral desconocido, prefirió no arriesgarse.
Recuerdos de un septiembre turbulento
Las alarmas sonaron en el corazón del Al Nassr recordando el tumultuoso episodio de septiembre de 2023. En aquella ocasión, al visitar al Persépolis en Teherán, una marea humana de aficionados irrumpió en el hotel donde se hospedaba la estrella portuguesa, convirtiendo la escena en un auténtico espectáculo dantesco. La policía tuvo que desplegar todas sus armas para restaurar el orden.
El gesto que desató la tormenta
Pero la chispa que encendió la mecha fue un gesto de afecto. En un momento con gran carga emocional, Cristiano fue capturado en vídeos abrazando y besando en la frente a Fatemeh Hammami Nasrabadi, una talentosa artista iraní discapacitada. Este acto de camaradería, que parecería inofensivo en otros rincones del mundo, se interpretó bajo las leyes iraníes como «adulterio» si no está dirigido al cónyuge, dejando al crack luso en una situación precaria y dificultosa.
El fútbol, con sus giros inesperados, sus pasiones desbordantes y sus historias dignas de película, nos recuerda que sus protagonistas están siempre bajo el escrutinio del ojo público, tanto dentro como fuera del campo de juego.

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