Polémica, penaltis y emoción desbordante marcaron otro vibrante capítulo en el enfrentamiento entre Mallorca y Espanyol, que ya se consolida como un clásico del fútbol español. Un encuentro de infarto que culminó con una pena máxima convertida por Muriqi en el minuto 97, acercando a los mallorquines un paso más hacia Europa. La montaña rusa de emociones comenzó desde el pitido inicial.

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Darder lidera a un Mallorca ansioso por el gol
Los locales atacaron con furia en los momentos iniciales, tratando de imponer su ley con intensidad. Sin embargo, fueron los pupilos de Manolo los que lanzaron el primer aviso serio. Tras una excelente jugada por la banda izquierda, el balón terminó a los pies de Edu Expósito, quien desde una posición ideal, no logró perforar la portería del Mallorca.
Takuma Asano no se quedó atrás y replicó en un abrir y cerrar de ojos. Después de una magnífica internada por la banda de Samú Costa, el nipón estuvo a punto de inaugurar el marcador, pero su disparo se fue apenas a centímetros del poste defendido por Joan García. Poco antes, el guardameta del Espanyol ya había negado el tanto a un cabezazo de Dani Rodríguez.
Muriqi y Joan García, pilares del Espanyol
Con el inicio del segundo tiempo, Manolo mostró sus cartas al mandar a calentar a cinco de sus jugadores de inmediato. Sin embargo, el guion lo escribió la fortuna para los visitantes tras un balón parado. Vedat Muriqi, desafortunadamente, envió el balón a su propia portería después de un córner cobrado rápidamente, enviando el balón al fondo de la red tras un centro venenoso de Expósito en el minuto 53.
Poco después, la estrella fue Joan García, quien se afianzó como candidato a la selección absoluta tras realizar una parada de antología al detener un penalti ejecutado por Muriqi, quien vivió un verdadero calvario en menos de diez minutos: un gol en propia puerta y un penalti fallado.

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Penaltis y polémica: el drama de Muriqi
El Mallorca, lejos de rendirse, se volcó en busca del empate, y no tardó en encontrarlo. Tan solo dos minutos después del penalti fallado, Sergi Darder sacó un as de la manga al servir un centro sublime a Asano. El japonés venció la defensa y remató libremente en el área pequeña, igualando el marcador con un auténtico destello.
Quintero González, el árbitro del encuentro, tuvo una tarde ajetreada. Primero anuló un penalti al Mallorca por unas presuntas manos de Kumbulla y, poco después, sancionó otra pena máxima por una falta de Cabrera sobre Abdón Prats en el minuto 91.
El desenlace no podía ser más rocambolesco. Joan García volvió a ser protagonista al atajar el segundo penalti, pero, tras minutos de tensión y deliberación en Son Moix, el árbitro consultó el VAR y ordenó repetir la ejecución por una infracción de Cheddira. En el minuto 97, el destino volvió a poner a Muriqi frente al balón. Esta vez, el kosovar no vaciló, ajustó la pelota al palo y superó a un Joan García que había sido infranqueable. Un desenlace digno del mejor guion de suspense.
