Clearlake Capitals, uno de los principales fondos de capital riesgo del mundo con una impresionante capitalización de 72.000 millones de dólares, ha destacado últimamente más por ser uno de los propietarios del Chelsea que por sus méritos financieros. Y es que, en los últimos tres años en Stamford Bridge, los problemas han sido el pan de cada día. Ahora, los gestores principales del fondo quieren poner fin a este caos y están decidiendo tomar medidas drásticas, entre las cuales se incluye la posible salida de su socio, Todd Boehly.
El Ingreso de Boehly al Chelsea: Una Montaña Rusa
Desde la compra exprés del club a Roman Abramovich, en el contexto de la guerra de Ucrania, Todd Boehly se convirtió en la cara visible del Chelsea. Aunque nunca tuvo la mayoría de las acciones, el fondo de inversión mantuvo ese control, mientras que Boehly asumió el rol de principal ejecutivo. En sus primeras decisiones deportivas, cometió errores de novato que dejaron al club en una situación cómica y catastrófica, dejando claro su desconocimiento sobre el funcionamiento del fútbol europeo. Sin embargo, pronto fue apartado del área deportiva.
Un Cambio de Rumbo Necesario
Según ha trascendido, el fondo de inversión está tratando de adquirir la parte de Boehly y reorganizar el desastroso funcionamiento del club que ha caracterizado estos últimos meses. Después de ganar la Champions League, el Chelsea ha vivido un auténtico Armagedón futbolístico. Los entrenadores han entrado y salido como en un tiovivo, y el equipo se ha convertido en un auténtico mercadillo con fichajes y ventas a un ritmo desaforado.
Un Club en Descomposición
Actualmente, solo tres jugadores del equipo victorioso permanecen: el tercer portero, Reece James y Chilwell, aunque este último está apartado. La constante entrada y salida de técnicos, con sus respectivas indemnizaciones, han creado una especie de laberinto sin salida en Stamford Bridge. Es como si el Chelsea fuera una nave sin rumbo claro, a merced de olas turbulentas que no amainan.
Desavenencias Entre Propietarios
Por otro lado, Boehly también está interesado en comprar la parte del fondo Clearlake, asegurando tener suficiente capital para hacerlo. Sin embargo, el fondo, que posee más del 60% de las acciones, no muestra interés en desinvertir en el club, que compraron por 4.700 millones de dólares. La única solución parece ser que Boehly venda su 13% de acciones, ya que las tensiones entre los propietarios han llegado a un punto sin retorno.
Política Deportiva en Entredicho
La política deportiva del Chelsea ha dejado perplejos a muchos en el mundo del fútbol. Recientemente, la directiva intentó cuadrar las cuentas del fair play financiero vendiendo el hotel de Stamford Bridge, antaño propiedad del club, para inyectar capital. El intento de vender Cobham, la ciudad deportiva, no prosperó al no ser aceptado por la Premier League para los límites económicos.
Visiones Contrastantes para el Futuro del Chelsea
Las desavenencias no solo se refieren a la administración actual, sino también a las visiones futuras del club. Mientras que el fondo Clearlake tiene un enfoque conservador con una perspectiva a diez años, Boehly planea proyectos a largo plazo incluyendo un nuevo estadio. Es evidente que las relaciones entre los propietarios están completamente rotas, aunque no tanto en lo personal, sino en lo profesional. Ya se sabía desde hace meses que Boehly disminuiría su capacidad de representación en el club.
La combinación de decisiones empresariales y deportivas no acertadas ha sumido al club en un caos total, y todo apunta a que necesita una reestructuración urgente para volver a ser uno de los gigantes del fútbol europeo. En Stamford Bridge, la situación es una auténtica montaña rusa llena de emociones y giros inesperados que deja a todos los aficionados con el corazón en un puño, esperando un cambio que devuelva la estabilidad y el éxito al Chelsea.
