En una tarde cargada de emociones, el Barça Atlètic luchó con garra y pasión, aunque el destino le jugó una mala pasada. Tras un partido lleno de idas y venidas, los de Sergi Milà lograron darle la vuelta al marcador en el último suspiro gracias al tanto de Percan en el minuto 91, que momentáneamente salvaba al filial azulgrana. Sin embargo, un gol de Osasuna Promesas contra el Ourense rompió el hechizo, dejando al equipo en Segunda RFEF por un solo gol.

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Inicio prometedor, pero con obstáculos
Desde los compases iniciales, el Barça Atlètic salió como una tromba, dominando un partido que se jugaba a vida o muerte. Con un rival que se defendía con uñas y dientes, los azulgranas estaban obligados a ganar y depender de otros resultados. Sergi Milà apostó por un once audaz, con la presencia de Aleix Garrido, recuperado de su lesión, y Alan Godoy en el ataques. A pesar de su dominio, las ocasiones claras eran como agua en el desierto. Una de las oportunidades más destacadas vino de Álvaro Cortés, cuyo disparo apenas rozó el poste.
Un duro golpe antes del descanso
Cuando la primera mitad parecía acabar sin goles, un inesperado mazazo ensombreció el panorama. En el tiempo añadido, Santamaría, con un cabezazo certero, adelantó a Unionistas, dejando al Barça Atlètic con un sabor amargo al descanso. Cedric reclamó penalti, pero el árbitro solo mostró amarilla por simulación, aumentando la frustración local.
Reacción y esperanza hasta el final
La segunda parte comenzó con nuevas oportunidades, esta vez para Unionistas, pero el Barça Atlètic no bajó los brazos. Godoy, con un golazo de libre directo, levantó a los aficionados de sus asientos. Ya en el tiempo añadido, Percan, el héroe inesperado, desató la locura con el 2-1, alimentando la esperanza de un milagro que solo duró instantes, hasta el gol de Osasuna Promesas.
Un final agridulce
El Barça Atlètic mostró coraje y determinación, pero el destino les fue esquivo. Como la flor que florece para marchitarse en un suspiro, sus sueños se desvanecieron en los últimos compases de un emocionante enfrentamiento. La próxima temporada los verá luchar en la Segunda RFEF, pero con la cabeza bien alta y el corazón lleno de orgullo por una actuación histórica.

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