«Que bote, que bote, que bote San Mamés». Así estallaron de emoción los hinchas rojiblancos en el minuto 55, cuando Gorka Guruzeta sacudió las redes con un gol que encapsuló una noche mágica para el Athletic de Bilbao. En una atmósfera vibrante, solo en noches especiales resuena ese cántico nostálgico, evocando recuerdos de antiguas gestas en la mítica Catedral. Este equipo de Ernesto Valverde, tras haber superado el derbi con autoridad, pasó por encima del Elfsborg, un equipo que había hecho sudar a todos sus rivales en la competición. No solo aseguraron tres puntos más, sino que se instalaron como uno de los equipos más imponentes de esta competición europea, avivando cada vez más la ilusión en Bilbao.
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Una Fase de Grupos Impecable
El Athletic Club ha tomado con seriedad la Europa League, y los resultados hablan por sí mismos: cuatro victorias y un empate los sitúan como segundo de los 32 clubes europeos, acumulando un total de 13 puntos. Aunque en el vestuario son cautelosos al hablar de sus posibilidades, hay una sensación palpable de que pueden llegar lejos. Ernesto Valverde, a pesar de mantener su discurso enfocado en LaLiga, no oculta su ambición europea.
El Sueño de San Mamés
No es mera obsesión, pero en el corazón del Athletic, igual que en el de sus seguidores, la final que se jugará en San Mamés otorga un plus de motivación. Las decisiones en la alineación, como el regreso del portero Unai Simón, o las eufóricas celebraciones tras cada gol, son testimonio de ello. Este encuentro fue un despliegue de poderío, distinto del calculado enfrentamiento ante la Real Sociedad. Contra Elfsborg, el Athletic se convirtió en una auténtica apisonadora, dejando a sus rivales contra las cuerdas con un ritmo implacable.
Nico y Sancet: Dinamita Pura
Con un Nico Williams en plena forma y un Oihan Sancet en modo ‘jugón’, los leones se hacen prácticamente imposibles de detener. Sorprendentemente, ni siquiera requirieron la mejor versión de Iñaki Williams. Esto permitió a Valverde dar descanso a sus titulares en los laterales, dando entrada a Andoni Gorosabel y Adama Boiro. El joven lateral, formado en Osasuna, debutó en Europa con una actuación memorable, anotando su primer gol y ofreciendo una asistencia brillante.
Inicio Fulminante
El partido se decantó a favor del Athletic desde los primeros compases. Aún con el público acomodándose en San Mamés, desacostumbrado a este horario para noches europeas, Boiro remató un balón suelto en el área, convirtiendo el enfrentamiento en un trámite. El tanto dejó al conjunto sueco sin respuesta, superado por una presión asfixiante liderada por Beñat Prados e Iñigo Ruiz de Galarreta. El Athletic no dejaba de apretar y crear ocasiones una tras otra.
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Nico Williams, siempre presente en partidos tan ofensivos, destrozó a la defensa de cinco del Elfsborg. Un centro medido del menor de los Williams fue cabeceado con fuerza por Prados, evocando reminiscencias de aquel memorable gol al Valencia. Sin mucha altura pero con una determinación encomiable, este jugador ha demostrado ser una pieza clave para Valverde.
Dominio Absoluto
El resto del encuentro fue un monólogo del Athletic. Con más de veinte disparos a puerta, innumerables centros y una posesión superior al 70%, los vascos dejaron claro su dominio absoluto. Valverde pudo permitirse el lujo de rotar a sus mayores estrellas en la segunda mitad, asegurando descanso para los próximos compromisos importantes contra el Rayo Vallecano y el Real Madrid. Guruzeta, tras una jugada personal de Adama Boiro, anotó el tercero y selló una noche redonda en San Mamés.
El Athletic se ha subido a la cresta de la ola, como se suele decir, y frente a un inminente enfrentamiento con gigantes europeos como el Real Madrid de Mbappé, este equipo juega con confianza y disfrutando de cada momento. ¡Mucho cuidado, porque los leones están rugiendo fuerte!