Getafe se pintó de azul: un mar de oviedistas inunda la ciudad madrileña

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La localidad de Getafe, ese rincón del sur de Madrid, se transformó en un auténtico océano azul este sábado, donde distinguir entre los escudos del Real Oviedo y el Getafe requería un ojo avizor.
El calor del fervor: una marea en el Coliseum
Con temperaturas rozando los treinta grados y en plena hora del vermú, la multitud oviedista parecía infinita, dispersa por todo el estadio. Sin un rincón dedicado para ellos, unos quinientos seguidores «carbayones» lograron entradas generales, dispuestos a pagar un precio elevado, cerca de 100 euros, por ver a su equipo en acción.
Asturianos en Madrid: pasión más allá del estadio
Y no solo dentro del Coliseum se sintió la presencia azul. Cientos de asturianos, residentes en Madrid, se congregaron en los alrededores del estadio, sumergiéndose en el ambiente carbayón antes de disfrutar del partido en los bares próximos. Aunque el resultado no fue el esperado, con una derrota que dejó a la afición tocada, los hinchas ya miran hacia los próximos desafíos contra el Elche, Barcelona y Valencia. Casi nada.
La gran quedada: terrazas repletas y precios elevados
Las terrazas cercanas se hicieron de oro, ocupadas por hinchas de ambos equipos. Madrid, hogar de más de 40,000 asturianos, promete ser una de las paradas clave del año. Después de Getafe, quedan otros estadios madrileños como el Santiago Bernabéu del Real Madrid o el Metropolitano del Atlético de Madrid.

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Emoción y quejas: una jornada llena de contrastes
Entre el gentío, frases como «Siempre que viene el Oviedo a Madrid aquí estamos, apoyando» resonaban con fuerza. Jorge Suárez, antiguo jugador en Tercera y ahora profesor, no se lo quiso perder junto a su familia. Mientras tanto, las quejas por los altos precios de las entradas eran una constante, aunque alguno tuvo suerte al conseguir boletos más económicos.
Historias que unen: encuentros y anécdotas
Sergio Cayarga, con su séquito de amigos convertidos en oviedistas, ilustra cómo la pasión por un equipo puede unir a personas de todo el mundo. Incluso el evento dejó espacio para historias ocurrentes, como la de Juan Rivas, que, en un intento por picar a su novia sportinguista, se vistió de azul por un día.
La previa del encuentro fue testigo de momentos para el recuerdo, donde Carlos Paniceres y José Manuel Ferreira, del comercio ovetense, mostraron su apoyo al equipo, anticipando el mes próximo con la entrega especial de la Medalla de Oro a Jesús Martínez, el máximo accionista azul.
Un día que, aunque con puntada amarga por el resultado, quedará grabado en la memoria de los oviedistas.
