Las Rozas (Madrid), 16 dic (EFE).- ¡El fútbol español está en una nueva era y David Aganzo, presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), quiere ser parte del juego! Tras la elección de Rafael Louzán como nuevo presidente de la RFEF, Aganzo ha extendido una mano amiga y se muestra abierto a volver a la junta directiva que dejó vacante en tiempos de tempestades con Luis Rubiales. Como un delantero hambriento de gol, Aganzo busca el espacio para influir de nuevo en el destino del fútbol español.
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Un Callejón que Lleva a la Junta Directiva
David Aganzo, el representante de los jugadores españoles, expresó su deseo de devolver a la AFE el lugar que le corresponde en la directiva de la RFEF. «No sé si estaré en la directiva, tendremos que valorarlo», reveló Aganzo, como quien decide el último pase antes de marcar un gol. Sus palabras resonaron en la Asamblea de la RFEF, donde la elección de Louzán trajo un aire fresco como un contraataque inesperado.
El Pasado que Persigue su Presente
Después de un conflicto que alejó a Aganzo de la junta hace siete años, su motivación es clara: representar a los cientos de futbolistas que ven en él una voz que perdieron cuando Rubiales era el capitán del barco. «Sería una pena no estar dentro de la junta», afirmó Aganzo, con la determinación de un portero que detiene el penalti crucial. Así, se traza el camino hacia una reconciliación en el terreno de juego institucional.
En un ecosistema donde cada jugada cuenta, la invitación de Aganzo a Louzán es una oportunidad de oro para restaurar la armonía en la federación, con la esperanza de que, unidos, puedan driblar cualquier obstáculo y marcar un nuevo gol en la historia del fútbol español.