Se vivió un emocionante y reñido final en la Copa América. La Selección Colombia peleó hasta el último minuto, pero el título no se quedó del lado cafetero en el imponente Hard Rock Stadium de Miami. Un gol solitario del letal Lautaro Martínez le otorgó a Argentina su segunda Copa América consecutiva. Contra todo pronóstico, la campeona del mundo, con más garra que fútbol, levantó el trofeo de nuevo.
Un Messi apagado y golpeado
El capitán de la Albiceleste, Lionel Messi, quien siempre es la estrella de todos los eventos, no pudo brillar como de costumbre. Desde los primeros partidos de esta Copa América, se le vio lejos de su mejor nivel, y es que el astro argentino arrastraba unas molestias físicas que incluso lo dejaron fuera del último juego de la fase de grupos ante Perú.
En la final, la Pulga pareció desaparecer, causando frustración en los suyos. Durante la primera mitad, en una jugada cerrada cerca de la línea de banda, un cruce con el lateral colombiano Santiago Arias resultó en un mal movimiento de Messi, que terminó con un golpe en el tobillo. ¡Ayayay!
Un golpe que lo dejó fuera
Después de varios minutos tirado en el césped y recibir asistencia médica, Messi, cojeando un poco, continuó en el juego hasta el final del primer tiempo. No obstante, en el minuto 65′, tuvo que abandonar el terreno de juego mostrando claras señales de dolor. En su lugar entró Nicolás González, quien sería crucial para el desenlace del partido.
El atacante del Inter Miami, desconsolado abandonó la cancha entre lágrimas. Las cámaras captaron imágenes de su tobillo notablemente inflamado, reflejando su dolor y frustración. Mientras tanto, los hinchas del estadio coreaban su nombre, dando un toque emotivo a la noche.
Argentina celebra, Messi sufre
Desde el banco, Messi no pudo contener el llanto, sintiendo impotencia por tener que salir prematuramente de una final tan trascendental. Pese a todo, ya puede agregar un nuevo logro a su palmarés con 4 títulos con la Selección Argentina: Oro Olímpico, 2 Copas América y un Mundial; un currículum que pocos pueden igualar.
Argentina, con ese espíritu indomable y estilo aguerrido, demostró que no siempre el talento individual es necesario para ganar una final. A punta de garra y corazón, la selección albiceleste vuelve a lo más alto del podio en el continente.