¡Bomba de emociones en el fútbol argentino! Los actuales campeones del mundo no estarán presentes en la próxima Copa América y las razones nos dejan en vilo. Como un tango que se baila con pasión y sentimiento, hoy repasamos quiénes no podrán vestir la celeste y blanca en el torneo continental más esperado.
Ausencias que duelen como una patada traicionera
Arrancamos con la ausencia de Lionel Messi por lesión, nuestro eterno capitán, la insignia, «La Pulga» que hace magia con cada toque. Una lesión inoportuna como un trueno en medio de un día soleado lo dejó fuera de combate. «¡No sabés lo que la vamos a extrañar!» resuena en cada rincón del país. Su mirada de tigre en la cancha, sus goles que te cortan la respiración y ese liderazgo natural irremplazable… ¡Se siente como si faltara el alma del equipo!
El medio campo sin motor: De Paul, en el banco de la vida
Rodrigo De Paul, el motorcito incansable, nuestro todoterreno. ¿Qué pasó? Un desgarro muscular como el abrazo del fantasma que nos visitó en el momento menos esperado. No lo veremos recuperando pelotas, distribuyendo con precisión milimétrica ni siendo ese batallador empedernido que nos llenaba de esperanza. ¡Ay, De Paul, cómo se te extrañará en la cancha!
Di María, el Fideo cortado
Nuestro «Fideo» Di María no estará presente por un problema físico. Sus desbordes por la banda derecha, esas gambetas endiabladas que dejaban rivales en el suelo como un torbellino, nos quedaremos con las ganas de seguir disfrutándolo. Como diría la abuela, nos quedamos «con la sangre en el ojo».
Lautaro Martínez, el Toro que no embiste
Lautaro Martínez, nuestra bestia de área, el que siempre pelea hasta el último aliento, tampoco será parte. Una lesión en el tobillo se encargó de alejar a nuestro goleador. Su ausencia es como un asado sin carne, la esencia misma falta. Imaginarnos una Copa América sin él se siente como en una pesadilla de la que queremos despertar. ¡Qué golpe duro, gente!
- Lío, De Paul, Fideo, Lautaro… ¡cómo se los va a extrañar!
- El equipo sufre bajas sensibles en todas las líneas del campo.
- La ilusión y el amor por la camiseta siguen intactos, aunque con el corazón en la mano.
En definitiva, el camino hacia la próxima Copa América será cuesta arriba, como escalar el Aconcagua bajo una tormenta de emociones. Porque, aunque falten estos íconos que nos han dado tantas alegrías inolvidables, el amor por la celeste y blanca sigue tan firme como un banderazo en pleno Obelisco. ¡Vamos Argentina, que la pasión no conoce de obstáculos!
