El clásico entre Argentina y Chile en el MetLife Stadium por la Copa América sigue siendo el tema de conversación por el resultado adverso que obtuvo La Roja, complicando sus aspiraciones para la siguiente etapa. En este contexto, uno de los más criticados por la prensa chilena fue el árbitro uruguayo Andrés Matonte, quien recibió durísimos insultos desde el banco de Ricardo Gareca. ¿Qué encendió la ira de los chilenos?
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Polémicas en el terreno de juego
Andrés Matonte, de 36 años, fue protagonista de diversas jugadas controvertidas que despertaron la furia de los seleccionados chilenos. Desde un penal no cobrado a favor de Víctor Dávila, una posible tarjeta roja para Rodrigo De Paul, y la minuciosa jugada de gol de Lautaro Martínez que no fue revisada en el VAR. Todos estos factores llevaron al banco del ‘Tigre’ Gareca a lanzar improperios contra el juez.
En una de las jugadas más comentadas, Rodrigo De Paul cometió un evidente pisotón sobre Gabriel Suazo en la media luna del área. Inmediatamente, desde el banco chileno se escucharon gritos desesperados: «¡Cobra una, la conch…!» en señal de frustración por la continencia del árbitro uruguayo, que dejó seguir el juego y no recibió información del VAR para revisar la jugada.
Reacciones e impactos
Estas acciones, sumadas a la presión constante del equipo argentino comandado por Messi, llevaron a los chilenos a “apretar” a la terna arbitral al finalizar el primer tiempo. Sin embargo, Matonte decidió seguir su curso, haciendo caso omiso a los fervientes reclamos de La Roja.
¿Quién es Andrés Matonte?
El árbitro uruguayo de 36 años es uno de los jueces más importantes a nivel sudamericano, siendo muy considerado por la Conmebol. No obstante, su carrera no ha estado exenta de polémicas. Diversos resultados han sido atribuidos a sus discutidas decisiones y, por si fuera poco, también ha sido vinculado con casos de estafa deportiva.
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La AUF (Asociación Uruguaya de Fútbol) lo ha sancionado en diversas oportunidades por estas vinculaciones. Incluso la fiscalía uruguaya denunció a él y a su hermano Roberto Marcelo Matonte por su implicación en acciones ilegales, aunque nunca se llegó a una resolución legal definitiva al respecto.
Una vez más, un clásico sudamericano deja en evidencia que el fútbol no solo se juega en la cancha, sino también en el corazón y ánimo de los aficionados y jugadores. La controversia está servida y el debate sigue abierto, tal como un preciso pase cruzado en el último minuto de un partido decisivo.
