Daniel Muñoz, nacido en Amalfi en el año 1996, es un vivo reflejo de la perseverancia y disciplina que caracterizan a los grandes del fútbol profesional colombiano. Su travesía, llena de baches y curvas inesperadas, nos deja una enseñanza clara: jamás rendirse, sin importar cuán escabroso se torne el camino. A diferencia de muchos jugadores que inician su carrera profesional a los 17 o 18 años, Muñoz comenzó a abrirse paso en su carrera futbolística a los 20 años en Águilas Doradas, pero nunca consideró tardío perseguir sus sueños deportivos.
Primera Etapa: Humildes comienzos y adversidades
Desde muy joven, Daniel se destacó en las divisiones menores de Envigado y en el famoso torneo Ponyfútbol, mostrando un talento innato y una determinación envidiable. Sin embargo, la vida le jugó una mala pasada cuando decidió intentar suerte en el extranjero. “Me dejé tentar de una persona que me engañó para ir al exterior. Estuve en México, España e Italia y, al no tener un contrato de trabajo por ser menor de edad, pasé muchas necesidades durante dos años. Afortunadamente, pude regresar a Medellín”, narró Muñoz en una emotiva entrevista.
Regreso a Medellín y nuevo impulso
Al regresar a Medellín en 2015, Muñoz, con 18 años, recibió la oportunidad de jugar para Total Soccer, un equipo antioqueño donde pudo brillar nuevamente. Su talento no pasó desapercibido y Águilas Doradas puso sus ojos en él, dándole la plataforma para debutar en el primer semestre de 2017 y devolviéndole la motivación para seguir persiguiendo sus sueños.
De las barras a la cancha
Desde pequeño, Muñoz fue un apasionado hincha del Atlético Nacional, siguiendo el fervor de sus padres, Germín Muñoz y Franci Mejía, quienes eran fervorosos seguidores del equipo verdolaga. Daniel frecuentemente se instalaba en la tribuna sur del estadio Atanasio Girardot, junto a la barra Los del Sur. Curiosamente, una vez que comenzó a jugar en Atlético Nacional, esta misma barra le dedicó una canción, destacando su entrega y pasión en cada partido.
Con el paso del tiempo, decidió dejar su vida de barrista y centrar todos sus esfuerzos en su carrera como futbolista. Rápidamente se convirtió en una ficha clave para Atlético Nacional. Su espectacular rendimiento y rápida adaptación en el equipo lo llevaron a convertirse en el capitán del equipo en tiempo récord, obteniendo el distintivo con apenas 33 partidos disputados. Este éxito en Nacional le abrió las puertas a la selección Colombia y al fútbol europeo.
Salto al viejo continente
En 2019, Muñoz fue transferido al Genk de Bélgica, donde continuó deslumbrando con su talento y entrega. Su destacada actuación en Europa le abrió nuevas oportunidades, llegando a unirse al Crystal Palace de la Premier League. Este club lo presentó como “el hincha en la cancha”, resaltando su conmovedora historia de vida. Esta etapa fue crucial, consolidándolo como un jugador que nunca se rinde y que siempre da lo mejor de sí en cada encuentro.
Nuevas oportunidades y retos
A lo largo de su carrera, Muñoz ha enfrentado varios desafíos, pero su inquebrantable voluntad y fe le han permitido alcanzar grandes alturas. Como él mismo menciona: “Para los que creen que están viejos con 19 años, sigan trabajando. Dios me cerró muchas puertas y me abrió la que era. Soy de los que creen en el trabajo honesto. Yo quiero ser un ejemplo y una inspiración”.
En la actualidad, Daniel Muñoz es una pieza destacada de la Selección Colombia. A pesar de su expulsión en el reciente partido contra Uruguay, su rendimiento fue vital en la Copa América. La historia de Muñoz sigue inspirando a muchos jóvenes futbolistas que sueñan con seguir sus pasos y triunfar, a pesar de las dificultades que puedan enfrentar en el exigente mundo del fútbol.