Los colores de Atlanta se ven invadidos por una marea celeste y blanca, a pocas horas del pitazo inicial de la Copa América. El tránsito por las calles de la ciudad parece normal, pero al echar una mirada más cercana, es imposible ignorar a los hinchas que caminan orgullosos con la camiseta albiceleste y un «10» en la espalda. No todos son argentinos, pero todos comparten una razón común: adoran a Lionel Messi, el astro del fútbol mundial que liderará a Argentina, el vigente campeón del mundo y de América, en su debut contra Canadá. La Roja de Chile comparte grupo con estos equipos, junto a Perú.
Una ciudad ajena al fervor futbolístico
Atlanta, la cuna de la Coca Cola, pareciera no enterarse de la magnitud del evento que está por recibir, un torneo que busca equipararse con la resonancia de la Eurocopa. Las calles no se adornan con carteles alusivos a la Copa América, y los habitantes parecen indiferentes, como si el fervor del fútbol sudamericano no lograra infiltrar las rutinas locales. Los duros contrastes quedan en evidencia; mientras los aficionados locales se mantienen apáticos, unos pocos elegidos transitan casi como fantasmas, sin despertar demasiado interés.
Un oasis de pasión desplegado en el hotel argentino
La atmósfera, sin embargo, cambia radicalmente a medida que uno se acerca al hotel donde se hospeda la selección argentina. El bullicio de los hinchas y el cúmulo de <periodistas reflejan cuán venerado es Messi. Ahí se mezclan camisetas de la Albiceleste con las rosadas del Inter Miami, mientras los gritos de amor hacia el astro del fútbol se elevan tanto en castellano como en inglés. Familias, niños, jóvenes y adultos se agolpan con la esperanza de ver un destello del genio del balón. Los periodistas, por su parte, enfrentan una tarea hercúlea, respondiendo no solo las consultas de sus estudios, sino también las de los apasionados aficionados.
Los argentinos más futbolizados
Entre los presentes, los argentinos destacan por su claridad y conocimiento. Preguntas directas como «¿Cómo está Messi?» y «¿Cómo está el equipo?» resuenan entre los reporteros. Pero este magnetismo no solo es exclusivo de los argentinos. Hendry, un puertorriqueño de 35 años, exhibe un cartel pidiendo a Messi un autógrafo y manifiesta su gratitud hacia Argentina por su formación académica. «Representa la humildad de los argentinos», asegura con orgullo.
El fútbol como lengua universal
De la misma manera, un colombiano conocido como el Pulpito proclama que «el fútbol une a todo el continente». A pesar de las dificultades económicas para viajar, su pasión por Colombia lo ha traído a Atlanta, demostrando que el fútbol, en su esencia, es una fuerza poderosa que trasciende fronteras.
Messi en casa, aunque esté lejos de Argentina
Está claro que Argentina llevará la localía en cada partido que dispute. Unos 50 mil hinchas transandinos llegarán a Estados Unidos para alentar a su selección. Si todos consiguen boletos, Messi y compañía estarán como en casa. Desde Miami, donde reside una importante colonia argentina, se espera un considerable contingente de aficionados, muchos de ellos viajando en casas rodantes.
Sin duda, la Messimanía ha contagiado a fanáticos de todo el mundo, y aunque muchos no sean seguidores de Argentina, buscan ser parte del espectáculo que La Pulga y su selección prometen en esta Copa América. ¡El fútbol es una pasión que no conoce límites ni fronteras, y la Copa América será el escenario perfecto para mostrarla en su máximo esplendor!