Independiente Santa Fe sufrió un duro golpe en la final de Liga Betplay I 2024 al caer en la definición por penaltis contra Atlético Bucaramanga.
El sueño de la décima estrella se esfumó en casa, un escenario donde el rojo había demostrado ser un titán durante toda la Liga. La derrota resuena como un eco amargo en los pasillos del estadio El Campín. Las razones para este descalabro son variadas: desde la premura por remontar el marcador hasta el cambio de esquema de última hora, pasando por la dificultad de la cancha y la falta de puntería. No obstante, algunos han recordado una mala racha que también pesó en este desenlace trágico para los hinchas cardenales.
El Caso Torres
Aunque Daniel Torres venía de un semestre muy productivo y había formado una dupla infalible con Hugo Rodallega, la fortuna no ha estado de su lado en las finales. Con Independiente Medellín, jugó el partido de ida y vuelta contra Atlético Junior el pasado diciembre. En la vuelta, le dio una asistencia a Edwuin Cetré en una jugada de gol que fue invalidada, y luego, en la definición por penaltis, fue el único que erró de los nueve cobradores.
Este sábado, con Santa Fe y durante los 180 minutos disputados contra Atlético Bucaramanga, su actuación fue especialmente gris, sobre todo en el primer tiempo. Para colmo, siendo el capitán del equipo, no figuró en la lista de pateadores en los penales decisivos. La responsabilidad recayó en Millán, quien falló el último cobro.
El Caso Mosquera
Andrés Mosquera Marmolejo también viene de una racha amarga. El arquero, clave en la clasificación de Santa Fe a la final, tuvo que recuperarse de una lesión durante gran parte del 2023 mientras jugaba para el Medellín. Apenas tomando ritmo, tuvo que saltar al ruedo en la final debido a la lesión de José Luis Chunga. Atajó los dos partidos, recibió cuatro goles, y en la definición por penaltis no pudo detener ninguno de los cinco cobros.
Con Santa Fe, volvió a ser titular en los duelos ante Atlético Bucaramanga. Recibió dos goles en la llave, y en la tanda de penaltis solo pudo detener uno de los siete cobros. La presión fue palpable, y el equipo lo sintió en cada latido.
Así, el balón que podría haber traído gloria terminó siendo una pesadilla, pintando un cuadro melancólico para un Santa Fe que soñaba con su décima estrella. El fútbol, como dicen, es caprichoso, y una vez más, dejó su marca indeleble en los corazones cardenales.
