Una historia sorprendente en la final de la Libertadores
Era el 21 de octubre de 1986, una fecha marcada en la historia del fútbol colombiano, especialmente para el América de Cali y River Plate, que se preparaban para disputar la ida de la final de la Copa Libertadores. Sin embargo, más allá del fútbol, esa noche dejaría una anécdota inesperada para el defensor argentino Óscar Ruggeri, que en ese entonces vestía la camiseta del equipo Millonario.

Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
Un encuentro inesperado
El ahora panelista del programa F90 de ESPN relató una experiencia que pocas personas podrían imaginar. Mientras se alojaban en el hotel Intercontinental, Ruggeri recibió una llamada que cambiaría su noche: «El señor Miguel Rodríguez quiere que suba, dice que lo quiere conocer». ¿Te imaginas un momento así? Sorpresa, nervios y una pizca de adrenalina.
El origen del miedo
Dada su conexión con Ricardo Gareca, Ruggeri sabía quién era Miguel Rodríguez Orejuela, uno de los narcotraficantes más notorios de Colombia en ese entonces. Ante la inusual invitación, Óscar no se atrevió a ir solo; decidió invitar a otros jugadores para que lo acompañaran. “Yo solo no voy, no aparezco más. Subís ahí y sos un caramelo”, bromeó el exfutbolista, mostrando su preocupación y sentido del humor ante la situación. No es para menos, después de todo, se estaba hablando de una figura muy influyente.
Un saludo memorable
El encuentro tuvo lugar, y el temido narco no resultó ser lo que Ruggeri había imaginado. “El tipo me dio la mano, es el mismo de la serie de Escobar; cuando la vi, dije ‘Nancy, mirá, es el tipo que me llamó al hotel’. Era igualito”, relató el defensor. La situación se tornó extraña, pero al mismo tiempo emocionante. Rodríguez le dijo: “Solamente lo quería conocer, un gusto”, y con esa simple frase, dejó a Ruggeri aliviado. ¡Qué historia para contar!
La conexión con el fútbol
Pero, ¿por qué Miguel Rodríguez quería conocer a Ruggeri? La respuesta es clara: ambos compartían una pasión por el fútbol. El narcotraficante era aficionado del deporte y sabía que el defensor había conquistado la Copa del Mundo en 1986, en México, junto a la selección argentina. La admiración del narco por el futbolista es una muestra de la extraña relación entre el deporte y el mundo del crimen en Colombia, donde figuras influyentes a menudo cruzaban caminos de formas inesperadas.

Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
El desenlace de la final
En la memoria del fútbol, la final de la Copa Libertadores de 1986 es recordada por River Plate, que después del encuentro con Ruggeri se consagró campeón tras vencer al América de Cali. Los resultados no pudieron ser más claros: 1-2 en la ida y 1-0 en la vuelta, lo que selló la gloria eterna para el equipo argentino. Esa victoria fue el broche de oro para un torneo que no solo mostró la destreza en la cancha, sino que también puso de manifiesto estas curiosas historias que se tejen tras bambalinas.
Reflexiones finales
Es fascinante cómo el fútbol no solo se juega en el campo, sino también en las interacciones que se generan alrededor de él. La peculiar anécdota de Ruggeri con Miguel Rodríguez es un recordatorio de que, en ocasiones, el deporte puede mezclar personajes de los más diversos trasfondos. Ahora, con el tiempo, queda para la posteridad un relato que muchas veces parece sacado de una película, pero que, sin duda, sucedió en la vida real.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.
