Sergio Romero, protagonista del superclásico argentino que River Plate ganó ante Boca Juniors en La Bombonera, dejó un amargo sabor entre los hinchas xeneizes. El guardameta, quien cometió un error al dejar un rebote frente a un potente disparo de Facundo Colidio, terminó por ser uno de los señalados en la derrota. Ese rebote permitió que Manuel Lanzini anotara el único gol del partido, sellando la victoria millonaria.
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Un desenlace bochornoso
Sin embargo, el partido no quedó solo en la cancha. Al final del encuentro, Romero protagonizó un incidente lamentable cuando, al no soportar los insultos desde la tribuna, decidió encarar a un grupo de hinchas. En medio de la tensión, algunos compañeros y otros aficionados intentaron calmar la situación, mostrando desacuerdo con las críticas hacia el «Chiquito».
Disculpas ante los medios
Unos minutos después del suceso, Sergio Romero compareció ante los medios de comunicación y explicó lo sucedido: «El partido fue importante, pero ofrezco disculpas por la situación final. Un muchacho me puteaba y a mí se me fue la cabeza. Ninguno sale a jugar un partido para perderlo. No pude pensar en el hecho», expresó el arquero con visible arrepentimiento.
«Se me fue la cabeza»
Romero añadió, visiblemente afectado: «El hincha me puteó y me encontró caliente, lamentablemente no quería que sucediera y reitero mis disculpas. Debería haberlo dejado pasar porque el aficionado tiene derecho a expresarse, y ya está».
Consecuencias y reflexión
Finalmente, Romero también habló sobre la contravención que le impusieron por el altercado: «Ya la firmé y está todo bien. Sabemos que no podemos incitar a la violencia, que no podemos generar tumulto, y eso fue culpa mía. Ofrecí disculpas».
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El incidente coloca una mancha en la carrera del arquero, que deberá aprender a gestionar mejor la presión que implica vestir la camiseta de Boca Juniors. Noche dura para Romero, noche gloriosa para River Plate.
