El clima en Atlético Nacional es tenso. La afición y el plantel sienten que hay una especie de persecución cargada de decisiones arbitrales que han levantado la voz y los ánimos en este segundo semestre. La reciente eliminación de varias instancias y controversias han puesto en el centro de la escena a la Dimayor, sobre todo tras las ausencias de jugadores como Edwin Cardona y Efraín Juárez, cuyas actuaciones provocativas han tocado fibras sensibles dentro y fuera del terreno de juego.
Las controversias que marcan la temporada
En el encuentro del miércoles, donde Nacional goleó 5-0 a Santa Fe en el comienzo de los cuadrangulares semifinales, la polémica no se hizo esperar. Efraín Juárez, quien fue claramente protagonista, recibió una tarjeta roja, lo que desató un torrente de opiniones y reacciones entre los hinchas y directivos. Sebastián Arango, presidente del club verdolaga, salió en defensa de su director técnico, dejando claro que su apoyo es incondicional.
Los comentarios de Arango no dejaron de lado la discusión sobre actitudes percibidas como injustas. “Son sucesos extraños. No nos gusta victimizarnos, pero sí nos gusta con ejemplos, que cada quien concluya y le ponga el adjetivo. Lo del partido con Medellín es inaudito, que un comandante de policía interrumpa una rueda de prensa, que se sancione a un jugador de nuestro equipo por besar el escudo, mientras en otro estadio se hacen gestos alusivos al rival y no se reporta nada”, expresó en Caracol Radio. La controversia parece acumularse a medida que pasan los días.
La respuesta de la dirigencia y apelación de la sanción
Sobre la dura sanción a Juárez, que incluye no poder asistir a los estadios durante tres años y una multa de 26 millones de pesos, Arango señaló la inadecuada proporcionalidad de la medida. “Esa sanción no está en firme. Apelamos en segunda instancia y estamos a la espera de respuesta. Rechazamos la sanción que consideramos injusta y consideramos que no debería existir sanción por este hecho”, comentó, enfatizando en la importancia de que el cuerpo técnico pueda concentrarse en su labor sin distracciones innecesarias.
El presidente también subrayó el impacto que estas decisiones están teniendo no solo sobre el equipo, sino sobre las personas involucradas. “Ratificamos nuestro respaldo a nuestro director técnico, que viene sufriendo unos hechos extraños que afectan a la persona y que queremos que pueda concentrarse en dirigir fútbol y no estar rodeado de cosas ajenas”, argumentó Arango, estableciendo una clara posición sobre el tratamiento recibido.
Reacciones tras los comentarios de Elvis Perlaza
Por otro lado, la crítica de Elvis Perlaza hacia Juárez, a quien calificó de “irrespetuoso” y “soberbio”, no pasó desapercibida. “Hay que gestionar bien las emociones, pero invito a que revisen los videos de Efraín desde el primer día que llegó a Nacional, la forma en que celebra los goles. No es provocador, es su forma de celebración”, afirmó Arango, defendiendo así la pasión del director técnico.
El presidente hizo un llamado a la calma y a una visión más justa respecto a la naturaleza del deporte. “Estamos atravesando una línea donde todo es tomado como ofensa en un deporte donde todo es pasional. Hay una gran responsabilidad de los medios; tras lo sucedido en el partido contra DIM, salieron a crucificar a Efraín. Estamos buscando por el lado que no es”, reclamó, tratando de poner un freno a la situación actual y a las interpretaciones erróneas que surgen de una celebración.
Concluyendo sobre el futuro de Nacional
En definitiva, el futuro del Atlético Nacional en la liga colombiana no solo depende de su desempeño en el terreno de juego, sino también de cómo se gestionen y perciban las emociones que forman parte de este deporte. La directiva está firme en su intención de reclamar un trato equitativo y justificado para todos sus jugadores. La comunidad futbolística estará atenta a cómo culminan los cuadrangulares semifinales, así como la respuesta de la Dimayor ante la apelación presentada.
Sin duda, el futebol colombiano se encuentra en una encrucijada, donde las pasiones son intensas, pero la razón también debe prevalecer. ¿Logrará Atlético Nacional encontrar el camino equilibrado entre la emoción y la justicia deportiva? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: la pasión por el fútbol nunca morirá.