Once Caldas vs. Medellín: Un final de película con polémica arbitral
El estallido de emociones se desató en el Palogrande de Manizales cuando Once Caldas enfrentaba a Independiente Medellín y el marcador señalaba un apretado 1-0 a favor del visitante. Corría el minuto 79 y el partido se encaminaba hacia su desenlace cuando una jugada encendió las pasiones tanto en la cancha como en las gradas.
La jugada de la discordia
Johan Esteban Beltrán, como un cañón desbocado, se adentró en el área y lanzó un potente remate al arco. Pero, ahí estaba Leyser Chaverra, el defensor del Medellín, quien se interpuso en la trayectoria del balón. La pelota impactó de manera clara en su mano, generando una protesta inmediata por parte de Once Caldas que pedía a gritos la sanción de un penalti. La tensión se podía cortar con un cuchillo.
El VAR entra en acción
El árbitro Andrés Rojas, con la presión de ambos equipos y de los cientos de aficionados presentes, detuvo el juego y se dirigió hacia el VAR, ese ojo tecnológico que tantas veces ha sido salvador y verdugo. La incertidumbre se apoderó del estadio mientras Rojas, junto a sus asistentes, examinaba la repetición de la jugada desde todos los ángulos posibles.
Decisión polémica
Finalmente, tras varios minutos de escrutinio, Rojas decidió no sancionar el penalti. El criterio utilizado fue que el balón había golpeado primero en el muslo de Chaverra antes de tocar su mano. Según el reglamento, esto invalidaba la infracción a pesar de que el balón llevaba dirección al arco. El veredicto cayó como un balde de agua fría sobre los jugadores y aficionados del Once Caldas, que veían perder la oportunidad de igualar el marcador.
Las reacciones
La decisión no dejó a nadie indiferente. Jugadores y cuerpo técnico del Once Caldas manifestaron su descontento, mientras que los hinchas locales estuvieron al borde del desespero. Por otro lado, los seguidores del Medellín respiraron aliviados y celebraron la resolución. Este tipo de momentos son los que hacen del fútbol una montaña rusa de emociones, donde la gloria y la frustración están a solo un silbatazo de distancia.
Reflexiones finales
Este episodio en el Palogrande será recordado como uno de esos partidos donde la tecnología y el reglamento se combinan para dejar huellas profundas en la afición. Aunque el juego continuó a favor del Independiente Medellín, la polémica decisión del árbitro Andrés Rojas se convierte en parte del folclore futbolístico colombiano, donde cada jugada se vive con el corazón en la mano.
En definitiva, una noche cargada de emoción, controversia y, como siempre, la pasión indescriptible que solo el fútbol colombiano puede ofrecer.