Horas intensas ha vivido Falcao García tras su llegada a Bogotá en la medianoche del jueves. El máximo goleador de la Selección Colombia arribó a la concentración de Millonarios en el norte de la capital, donde se saludó calurosamente con el estratega Alberto Gamero y varios directivos del equipo. Esta es solo una pieza del rompecabezas en la emocionante saga del «Tigre».
Bienvenida al Plantel Embajador
En las primeras horas del viernes, Falcao se presentó oficialmente al conjunto Embajador. Con una mezcla de emoción y reverencia, conoció a cada uno de sus nuevos compañeros, incluyendo al histórico Mackalister Silva, quien le ofreció la capitanía, un gesto que refleja el respeto y la admiración hacia el samario. Juntos, el equipo se dirigió a XColi para completar su primer entrenamiento, donde Falcao mostró su garra y tenacidad, cual toro en el ruedo.
Un Banderazo Inolvidable
De regreso a la concentración, Falcao fue sorprendido por un impresionante banderazo organizado por las barras bravas de Millonarios. El recibimiento fue tan emotivo que el delantero no pudo contener su emoción ante la euforia y el cariño de la hinchada. Vestido de azul, el «Tigre» se puso la piel del Embajador y sintió el peso de la responsabilidad y el apoyo incondicional de la afición.
Firma del Contrato: Falcao es oficialmente Embajador
Finalmente, este viernes se hizo realidad: Falcao García se convirtió oficialmente en jugador de Millonarios tras firmar su contrato. En imágenes compartidas por el club, se puede ver al delantero firmando junto a Enrique Camacho el documento que sella su vínculo con el equipo por los próximos seis meses. Aunque los detalles de su salario no se han revelado oficialmente, se rumora en los pasillos del fútbol colombiano que Falcao será el jugador mejor pago de la liga.
Como un poema épico, la unión de Falcao y Millonarios promete escribir capítulos gloriosos en la historia del fútbol colombiano. La expectativa es alta, pero los verdaderos guerreros del balón saben responder a la presión. Solo el tiempo dirá qué tanto puede rugir el «Tigre» en tierras embajadoras. ¡Que comience la fiesta del fútbol!