Es un día feliz para los que llegan a la oficina con su camiseta azul, encantados de lo vivido este jueves en Santa Marta.
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Un triunfo esperado en el equipo embajador
La victoria 1-3 de Millonarios ante Unión Magdalena no solo suma tres puntos fundamentales, sino que también permite cerrar una herida reciente tras perder en casa contra el líder del torneo, Independiente Medellín. Ese respiro trae consigo emociones extra por el gol número seis de Radamel Falcao, quien sigue demostrando que su clase y calidad nunca se apagan, además de celebrar la notable recuperación de Cataño y las atajadas espectaculares del arquero Montero. ¿Se puede pedir más? Todo es lindo… o casi.
Un liderazgo renovado
En este momento, ya no hay lugar para lamentos. No hay razón para revivir la nostalgia por el jugador que no está y pensar que su presencia era la solución a todos los problemas. Tampoco hay espacio para exigir a gritos los refuerzos que nunca llegaron. Este nuevo director técnico, tal como su predecesor, ha decidido ir a la guerra con la plantilla que tiene. Y, ¡qué gran decisión! Ha logrado, tras varios intentos, salir adelante con una propuesta coherente en forma y fondo.
Decisiones estratégicas que marcaron la diferencia
Tres ajustes definitivos
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Cerrar las bandas
El técnico González apostó por contar con dos laterales con clara vocación ofensiva, pero cuya prioridad fue cerrar los costados ante el ataque del rival. Aunque Banguero se salió un poco del libreto en el gol del Unión, Helibelton Palacios cumplió a cabalidad con el plan, aportando la vital cobertura que permitió a los centrales, Llinás y Arias, sentirse más seguros en su zona.
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Entorno para Falcao
Hubo críticas acerca de cómo el esquema del doble nueve aislaba a Falcao y a Castro, forzándolos a retroceder en el campo y reduciendo su influencia en el juego. Sin embargo, tras la lesión de Castro, surgió una brillante oportunidad: Cataño se movió al medio, distribuyendo juego libremente, mientras que Jader Valencia y Daniel Ruiz aportaron rotación constante. Pereira, en este nuevo esquema, jugó más cerca de estos, lo que mejoró la posesión del equipo. Así, se desmonta el doble delantero y se da paso a un equipo con un enganche versátil.
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Juego interior
El plan del DT González sobre llevar el control del balón era claro: se priorizaría el juego por el centro y se cerraría filas detrás de uno o dos jugadores, dado que no llegaron refuerzos para los extremos. La promesa se cumplió: Cataño, sin responsabilidades fijas de marca, jugó libremente, lo que generó más sorpresas ofensivas. Así, jóvenes como Valencia y Ruiz supieron aprovechar su velocidad y entusiasmo, mientras que Falcao, como hombre de punta, se vio más respaldado que nunca.
Un triunfo que inspira
Volver a ganar sabe a gloria, especialmente en un deporte donde los altibajos son moneda corriente. La capacidad de Millonarios para ajustarse y adaptarse a las circunstancias, así como la evidente química entre sus jugadores, se reflejan en un rendimiento que invita a soñar en grande. ¿Qué más se puede pedir de un equipo que se rehúsa a rendirse?
Expectativas para el futuro
A medida que avanza el torneo, la fanática embajadora tiene motivos de sobra para creer en su equipo. Las decisiones tácticas acertadas del DT, la entrega indiscutible de los jugadores y el regreso a la senda del triunfo sugieren que Millonarios tiene la capacidad de seguir luchando por el título. De ahora en adelante, el club se enfocará en mantener este nivel y buscar consolidar cada aspecto del juego, con la esperanza de que el esfuerzo conjugado ni se detenga. Después de todo, el fútbol no solo se juega con los pies, sino que cada decisión cuenta dentro y fuera del campo.
