Este fin de semana, el fútbol colombiano se vistió de verde y blanco, ya que Atlético Nacional se coronó campeón de la Copa Betplay 2024. En una final que estuvo marcada por la superioridad del equipo antioqueño, el América de Cali no logró hacer valer su localía y se mostró inofensivo, dejando claro que, hasta el momento, el rey de copas en Colombia sigue siendo el equipo que encanta a sus aficionados.
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Un camino hacia la victoria
El primer capítulo de esta emocionante final se escribió en el estadio Atanasio Girardot, donde Nacional se impuso 3-1 en el partido de ida. Esa ventaja fue clave para llegar a la vuelta, donde, a pesar de una primera parte sin goles en el estadio Pascual Guerrero, la tensión fue palpable hasta los 86 minutos. Pero lo que debió ser un cierre de fiesta se tornó en caos cuando el encuentro tuvo que ser suspendido debido a graves incidentes de violencia en las tribunas. ¿Qué más se podía esperar de una final tan esperada y con tantas emociones a flor de piel?
Un cambio en el banquillo y múltiples retos
El retorno de Atlético Nacional a la gloria es también un testimonio de la nueva administración del club, donde el debutante Efraín Juárez, en su primera gran prueba al mando, ha logrado silenciar a quienes dudaban de su capacidad. Con la confianza de una directiva que ha apostado por él, Juárez ya puede reclamar su primer gran triunfo. ¡Qué manera de comenzar!
Marino Hinestroza y su deuda con el pasado
Marino y su deuda pendiente
En medio de la celebración, un nombre que resonó fue el del joven extremo Marino Hinestroza, quien no oculta el deseo de cerrar cuentas con su anterior club, el América. Con apenas 22 años, y después de confirmarse su título con Nacional, Hinestroza expresó sin tapujos su frustración por no haber recibido el trato que consideraba justo durante su paso por el equipo escarlata.
«Lo de América fue más allá de mis manos, ellos no quisieron darme lo poco que pedí para lo mucho que le daban a otros», aseguró Hinestroza. Recordó su salida del club, que comenzó con un préstamo a Palmeiras y culminó en una venta a Pachuca, dejando claro que su motivación siempre ha sido el trabajo y la lucha constante.
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Un mensaje claro para los directivos
«Este es el fruto de persistir, no desistir. Soy un chico humilde, de barrio popular, comuna 4, que son pocas las oportunidades. Es un clima hostil, pero gracias a Dios pude salir y estoy contento en este equipo. Ser campeón en mi ciudad es lo más lindo», afirmó con una mezcla de emoción y firmeza.
Además, no dudó en señalar a los dueños del América: «Ellos saben lo que hicieron. No culpo al club, es un excelente club y quiero mucho a su gente, pero espero que estos mensajes se entiendan». Un grito de desahogo de alguien que se siente triunfador y que ha encontrado en Nacional un lugar para brillar.
Mirando hacia el futuro
Con el título en su haber, ahora el jugador deberá definir su futuro, ya que llegó a Atlético Nacional a préstamo. Pero sin duda, firmar esta victoria bajo la camiseta verde le otorga un status privilegiado. En el mundo del fútbol, lo importante es rendir y, en base a eso, conseguir un lugar en la historia.
La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Qué depara el futuro para Marino y para Atlético Nacional en este camino hacia más gloria? Con un plantel fortalecido, más que nunca se siente la presión de seguir trabajando y defendiendo la insignia que llevan en sus corazones.
Por ahora, Nacional celebra, mientras el resto de equipos observan a un gigante que ha despertado y que promete seguir dando mucho de qué hablar en el fútbol colombiano. Cada título, cada victoria, es un nuevo ladrillo en la historia de uno de los más grandes clubes de Colombia. ¡A celebrar, que la fiesta ha comenzado!
