En una noche llena de emociones en el Metropolitano, el Junior de Barranquilla dejó el alma en la cancha, pero vio cómo su sueño de avanzar en la Copa BetPlay 2024 se esfumaba en la tanda de penaltis. Los tiburones habían logrado imponer un 2-0 en los noventa minutos regulares ante el aguerrido Independiente Medellín, alcanzando un 2-2 global que llevó a la definición desde los doce pasos.
La esperanza al rojo vivo
Minuto 34: El rugido del Tiburón
Como en el mejor bolero costeño narrado en tiempo real, los barranquilleros veían cómo la red se inflaba tras el zapatazo de Steven ‘Titi’ Rodríguez. Fue en el minuto 34 cuando el delantero conectó con el balón, convirtiendo el primer gol que encendió la chispa de la ilusión en la tribuna y puso el marcador 1-0 a favor del Junior. Un gol que sacudió el alma del estadio como si estuviera en la cima de un carnaval de Barranquilla.
Minuto 48: A la caza del destino
No había terminado aún el primer tiempo de la euforia cuando Bryan Castrillón, en el minuto 48, se desmarcó como una gacela en la pradera, fulminando el arco rival y colocando el 2-0 en el luminoso. El equipo de César Farías sintió el respaldo de la marea roja y blanca, que vibraba con cada grito alentador, como si cada hincha empujara aquel balón con la energía de toda la costa.
El desenlace inesperado
El reloj corría, y el marcador global indicaba un empate que presagiaba la llegada de los fatídicos penales. En esta instancia, el tiburón enfrentó sus peores mareas, sucumbiendo en la definición desde el punto penal; una prueba de nervios que no pudo superar. Fue un desenlace inesperado y cruel, similar a un aguacero imprevisto en una tarde de verano costeño, que dejó a los hinchas rumiando el sinsabor de una oportunidad perdida, pero con la frente en alto por la entrega total de su escuadra.
Los goles que ilusionaron a la afición juniorista quedarán grabados en la memoria como momentos de efímera gloria que, aunque no alcanzaron para pasar de ronda, demostraron una vez más la mística y garra del equipo. Ahora, el Junior deberá levantarse y seguir luchando como el gran tiburón que es, siempre dispuesto a buscar nuevas victorias en el renacer de cada jornada futbolera.