Jorman Campuzano ha vuelto a encontrar su lugar en Atlético Nacional durante el segundo semestre de 2024, convirtiéndose en una pieza clave para el equipo. Desde su regreso, el mediocampista no solo ha recuperado su puesto en la titularidad, sino que ha mostrado un rendimiento sobresaliente que ha llenado de ilusión a la afición verdolaga.

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Momentos difíciles que moldean al jugador
Poco después de brillar en la victoria de Nacional frente a América de Cali, Campuzano se abrió y habló sobre uno de los episodios más duros de su vida, el cual experimentó durante su etapa en Argentina. En una sincera charla con ‘10 Sports’, el volante reveló: “Siempre lo digo con respeto a Boca Juniors, jugué 150 partidos. No sé por qué la gente dice que fue difícil; sí, viví momentos difíciles, pero no fueron futbolísticos. Perdí un hijo mío, cosa que ustedes no saben, y quizás por eso no quería jugar más fútbol”. Estas palabras no solo reflejan su vulnerabilidad, sino también la fortaleza necesaria para superar tales adversidades.
Un regreso que transforma el presente
La historia de su regreso a Nacional está llena de emociones y decisiones acertadas. “Cuando hablé con Román, tenía varias ofertas de México y Brasil. Pero sentí que era el momento perfecto para volver a Nacional, el club que me cambió la vida después de Pereira y me abrió las puertas internacionalmente. Estoy disfrutando cada momento y tengo contrato hasta mitad de año. No sé qué pasará después, pero ya viví lo más difícil, que fue perder un hijo. De aquí en adelante, todo es ganancia”, confesó Campuzano con brillo en sus ojos.
Pasiones futbolísticas
Además de su viaje emocional, Campuzano abordó las especulaciones sobre su hinchada hacia Millonarios. “Muchos han dicho que soy hincha de otra institución, pero Nacional es lo más grande para mí. Estoy feliz aquí. El que discute eso es terco en el fútbol; uno siempre debe disfrutar. Internacionalmente, Nacional es el equipo que mejor ha representado a Colombia, al igual que Once Caldas y Santa Fe en su momento”, afirmó con orgullo el mediocampista.
Reflexiones sobre la vida de un futbolista
En el camino de un futbolista, la vida personal y profesional se entrelazan de formas inesperadas. Campuzano también aprovechó la oportunidad para comentar su presencia en la polémica fiesta de Valledupar en 2024. “Cuando pasó lo de Valledupar, yo organicé, pero no fue como se dijo. No hablo por el partido de hoy; las actuaciones pueden variar, un día me va mal y otro bien, pero la entrega nunca se acaba”, aclaró, dando una lección de responsabilidad y madurez ante los problemas que surgen en el mundo del fútbol.

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Una historia de perseverancia
La trayectoria de Jorman Campuzano en el fútbol colombiano es una inspiradora historia de perseverancia, sacrificio y amor por el deporte. Cada partido que disputa no solo es un despliegue de habilidad, sino también una oportunidad para recordar sus luchas y los aprendizajes que ha cosechado. La conexión con la afición verdolaga, que lo idolatra y valora su entrega en la cancha, se manifiesta en cada aplauso que recibe en el Atanasio Girardot.
Un futuro brillante
Con su contrato hasta mitad de año y un camino que aún debe recorrer, los aficionados a menudo se preguntan qué depara el futuro para Campuzano. ¿Seguirá brillando en Nacional? ¿Buscará nuevas aventuras más allá de las fronteras colombianas? La incertidumbre es parte del juego, pero lo que es seguro es que Jorman seguirá luchando en cada partido, con la misma pasión y dedicación que lo ha caracterizado.
Para el hincha del fútbol colombiano, la historia de Campuzano es un testimonio de cómo el balompié puede ser un refugio y, a la vez, un escenario para enfrentar los retos de la vida. La emoción que se vive en cada jugada y el amor por la camiseta hacen que esta disciplina sea mucho más que un simple juego, es un estilo de vida.
Conclusión
Así, el mediocampista de Nacional sigue adelante en su travesía, dejando una huella imborrable en el corazón de los hinchas. Cada pase, cada gol y cada victoria son celebrados no solo como logros deportivos, sino como símbolos de superación y esperanza. En un campeonato lleno de desafíos, la historia de Jorman Campuzano se convierte en un faro de luz que nos recuerda que, en la vida, siempre hay que levantarse y seguir adelante, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias.
