Once Caldas ha celebrado cuatro títulos nacionales a lo largo de su trayectoria en el fútbol colombiano, pero el primer semestre de 2003 fue el comienzo de una época dorada para los aficionados del conjunto de Manizales. Esa temporada, el equipo se coronó campeón, ganando su tiquete para consagrarse a nivel internacional al año siguiente.
Los albos llegaron a la Copa Libertadores 2004 como el equipo con menos favoritismo en el torneo, debido a sus pocas participaciones internacionales previas. Sin embargo, lo que no esperaban los demás clubes del continente era encontrarse con un estratega de la talla de Luis Fernando Montoya, acompañado de una camada de futbolistas que terminarían por marcar una era en el fútbol colombiano. Dayro Moreno, Elkin Soto, Juan Carlos Henao, Jhon Viáfara y Arnulfo Valentierra fueron algunos de los destacados que conformaban la nómina de ese inolvidable equipo.
El recuerdo de una epopeya
Hace 20 años, Once Caldas hizo vibrar a todo un país, uniendo a aficionados de diversos clubes en una fuerza común para apoyar al «blanco blanco» en la gran final contra Boca Juniors, el club del momento, que venía de ser campeón continental e intercontinental. El 1 de julio de 2024, se recuerda con emoción ese histórico título internacional logrado por los de Manizales.
El estadio Palogrande se convirtió en una fiesta cuando el partido llegó a la tanda de penaltis y Juan Carlos Henao emergió como la gran figura, atajando el cobro decisivo que les otorgó su primer título internacional.
Enfrentamientos que fortalecieron la fe
La conquista de la Libertadores no fue obra del azar. En cada ronda, Once Caldas tuvo que superar adversarios de gran calibre, lo que da aún más mérito a su rendimiento y a su histórica victoria. A continuación, repasamos los equipos más complicados que enfrentaron y que les dieron la fortaleza para soñar en grande.
En la fase de grupos, el rival más complicado fue Vélez Sarsfield. Los albos lograron vencerlos en Manizales por 2-0, un triunfo importante aún cuando el nivel de Fénix y Maracaibo no representó mayores desafíos. Finalizar primeros en el grupo fue el impulso necesario para soñar en los duelos de eliminación directa.
Superando barreras históricas
En los octavos de final, Once Caldas enfrentó al histórico Barcelona de Ecuador. La serie fue exigente y se tuvo que definir en los penaltis, donde los albos mostraron su gran temple desde los doce pasos, ganando 4-2.
En los cuartos de final, el reto fue aún mayor al enfrentarse a Santos de Brasil. Con un resultado global de 2-1, producto de un empate en Brasil y una victoria por la mínima en el Palogrande, Once Caldas demostró que estaba para grandes cosas.
La fortaleza del Palogrande
Las semifinales los puso frente a otro gigante brasileño, Sao Paulo. El empate sin goles en condición de visitante y la victoria por 2-1 en casa, consolidaron al Palogrande como un verdadero fortín y dejaron a Once Caldas a las puertas de la gloria.
La batalla final contra Boca Juniors
En la gran final, todo el país se unió al sueño del Once Caldas, que llegó hasta las mismas narices de Boca Juniors en La Bombonera, empatando y generando que el favoritismo comenzara a inclinarse hacia los de Manizales. Finalmente, en casa, y con los nervios a flor de piel, los albos levantaron la Copa Libertadores en una definición por penaltis cargada de emotividad.
Las lágrimas de Juan Carlos Henao, quien atajó el último penalti, son aún recordadas como símbolo de una hazaña histórica que confirma que la Copa Libertadores 2004 estaba destinada para los de Manizales. Nada fue casualidad.
