El pasado domingo 4 de agosto, Junior de Barranquilla celebró su centenario por todo lo alto frente a su hinchada, en un emocionante duelo contra Alianza FC que culminó con un empate de 2-2.
La Fiesta se Tornó en Sanción
Sin embargo, la algarabía se vio empañada por hechos que llevaron a que el equipo rojiblanco fuese sancionado severamente por la Dimayor. En su resolución número 064, el Comité Disciplinario del Fútbol Profesional castigó a Junior con una fecha de suspensión parcial del estadio Metropolitano, específicamente las tribunas norte alta y oriental sur alta.
Un Arcoíris de Bengalas
Los hinchas de Junior iluminaron la noche con un despliegue de pirotecnia, creando una densa capa de humo que obligó a detener el partido por aproximadamente 10 minutos. El encuentro, que se había detenido al minuto 48:00, se reanudó al minuto 54, pero no sin generar controversia.
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Freddy Guarín, cerca de regresar a las canchas en el FPCLa Dimayor argumentó: «Transcurrido el minuto 48:00, el juego fue detenido ya que en la tribuna norte y oriental sur los aficionados encendieron pólvora (juegos pirotécnicos y bengalas) lo cual generó una capa de humo que no permitía la correcta visibilidad en el terreno de juego. El partido se reanudó en el minuto 54».
Multa Económica
Además de la suspensión de las tribunas, Junior deberá desembolsar una multa de ocho salarios mínimos legales vigentes, que se traduce en la respetable suma de diez millones cuatrocientos mil pesos. Sin duda, este golpe al bolsillo del Tiburón no pasó desapercibido entre sus seguidores.
Próximo Desafío Sin Todo el Afición
Por consecuencia, el Junior de Barranquilla no podrá contar con la totalidad de su fervoroso público en su próximo enfrentamiento contra Fortaleza CEIF, programado para el sábado 17 de agosto por la fecha 6 de la Liga Betplay 2024-II. Será un verdadero reto para los tiburones, quienes tendrán que remar contra la corriente para no perder puntos valiosos.
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Santa Fe vs. Cali: ¡Las Guerreras de la Liga Femenina a Punto de la Gloria!Así, en esta montaña rusa de emociones, Junior de Barranquilla vive los altibajos propios de la leyenda que forja en el paisaje futbolístico colombiano.
